08/01/2019
08/01/2019

Pixy Liao

 

Pixy Liao es una fotógrafa china de 39. Nació en Shanghái y tuvo una crianza bastante común, sin educación artística. Tras graduarse de la universidad con un Bachillerato en Ciencias, quiso cambiar de rumbo y dedicarse de lleno al trabajo creativo, razón por la cual partió a Estados Unidos a estudiar fotografía.

¿Cómo es ser mujer en China?

No es tan malo. Ahí tenemos un dicho “Las mujeres sostienen la mitad del cielo”. En la mayoría de las familias tanto hombres como mujeres trabajan. Ahora bien, tradicionalmente los hombres han tenido siempre un estatus social más alto que las mujeres. Al crecer como una niña en China, eres persuadida constantemente a trabajar con menos fuerza, ya que no serás capaz de competir con los hombres. Y la mejor forma de vida para una mujer es encontrar un buen marido que gane dinero y cuide de ti.

 

 

¿Cómo es tu familia? ¿Sientes que tu arte surge como una rebelión ante la cultura China?

Comparativamente hablando, mi familia es más abierta que una familia china común. Mi abuela es la figura más fuerte, todos la escuchan. Quizá esto es así porque nací en Shanghái, una ciudad de inmigrantes, donde tanto marido como mujer necesitan trabajar y ganar dinero, por lo que las mujeres tienen una posición más igualitaria a la de los hombres que en otras partes de China. Yo diría que mi trabajo artístico está influenciado por mi experiencia de crecer como niña en China, y también por mi experiencia de ser una mujer en el mundo contemporáneo.

¿Cual fue la reacción de tus familiares y amigos ante tu trabajo?

Al comienzo, cuando le conté un amigo cercano sobre mi nuevo novio, su reacción fue: “¿Cómo puedes elegir a un novio de la misma manera en que nosotros elegimos a una novia?”, refiriéndose a encontrar a alguien que es más joven, atractivo y obediente. Esa reacción también inspiró mi arte. Mis padres no aprobaron mi trabajo al comienzo. Lo escondían de otros familiares y de sus amigos, les preocupaba que me trajera problemas. Pero tras varios años lo han ido aceptando. Especialmente mi papá, quien esta muy orgulloso de mí. A veces me pide que le envié algunas fotos para compartirla entre sus amigos.

 

 

¿Cómo se te ocurrió explorar las posibilidades alternativas dentro de una relación heterosexual?

Esa no fue mi intención originalmente. Eso comenzó cuando Moro y yo llevábamos un año saliendo. Al comienzo yo solo le pedía que posara en mis fotos, en donde pretendía usarlo como un elemento artístico. A veces le pedía que se hiciera el muerto en una tina, o que se metiera desnudo dentro de una maleta. Nunca pensé que eso era extraño hasta que mis profesores y compañeros me preguntaron cómo podría tratar a mi novio de esa manera. Luego me di cuenta de que lo que es natural en nuestra relación es extraño para otras personas. Este descubrimiento es tanto interesante como problemático para mí, y me inspiró a hacer estas series.

¿De dónde nació la idea de “Experimental Relationship”, y por qué se llama así?

Al comienzo, por ser una mujer china saliendo con un hombre más joven –que además es japonés­­– no parecía una relación destinada a durar mucho. Por eso lo llamé “experimento”, para observar cuando duraría, porque así es como me sentía respecto a la relación. Pero supongo que en general todas las relaciones son como experimentos, de alguna u otra forma.

¿Cómo te conociste con tu novio y por cuánto tiempo han estado juntos? ¿Cómo lo involucraste en tu trabajo, y cómo ha sido trabajar con él?

Hemos estado juntos por más de 13 años. Nos conocimos en la Universidad de Memphis. La primera vez que lo vi fue en la orientación para estudiantes extranjeros. Recuerdo haber visto a un chico bronceado, delgado y con la cabeza rapada, y supe de inmediato que era un músico de jazz. Aunque no hablamos esa vez, yo lo miraba preguntándome “¿cómo será ser su novia?”. Un año después lo volví a ver y me acerqué a él. Le pregunté si quería ser mi modelo, solo como una excusa para conocerlo. Ha sido mi modelo desde el comienzo, fotografiarnos juntos se ha convertido en parte de nuestra vida.

 

 

En tu proyecto llamado “Soft Heeled Shoes”, dices que caminar en el pene blando de tu novio es una metáfora de tu relación con él. ¿A qué te refieres con eso?

El tacón de Soft Heeled Shoes’ fue impreso en 3D con una material suave parecido a la silicona. Es muy frágil. Tuve que poner todo el peso en mis dedos para poder caminar con él, porque si ponía el peso en el tacón, se podía curvar y romper. Es como estar en una relación con un hombre: creo que realmente no puedes apoyarte mucho en él, de lo contrario puedes romperlo y caerte.

Has dicho que tu arte refleja una relación de amor odio. ¿De dónde nace esta idea? ¿Qué buscas expresar con esto?

Esto viene en gran parte porque somos chinos y japoneses. Japón y China tienen una larga y complicada historia, tensa y muchas veces hostil. Pero al mismo tiempo, ambos países se influencian mucho mutuamente. Nuestra historia está entrelazada, y la veo como una relación de amor y odio, de una forma parecida a nuestra propia relación. Creo que cualquier persona que haya estado en una relación ha experimentado la dinámica de amor/odio en algún punto. Por mucho que ames a la otra persona, siempre hay momentos en los que no la puedes soportar. El odio viene del amor porque el amor es ideal solo en nuestra imaginación. Muchas de mis fotos se explican tanto con amor como con odio, como por ejemplo cuando lo estoy besando y ahorcando al mismo tiempo, o cuando un abrazo se ve tan suave como agresivo. Una relación está construida por dos amantes pero también por dos rivales. Aún así, creo que necesitamos estar juntos y trabajar en nuestra relación, al igual que nuestros países.

 

 

Junto con Moro tienen una banda llamada “PIMO”. ¿Cómo comenzó? 

Comenzó en 2011 cuando Moro se cansó de ir ensayar con los hombres de su banda. Quiso quedarse en casa y hacer música, y yo estaba ahí. En nuestra banda PIMO, Moro es el líder. Él compone, toca, graba, básicamente hace todo, mientras que yo solo canto, pero normalmente trabajamos en las letras juntos. Nos referimos a nosotros mismos como una banda de rock de juguete. Cantamos canciones sobre nuestros intereses en común, como gatos y abuelas.

¿Crees que tu proyecto fotográfico y los proyectos musicales con Moro han cambiado la relación? Si es así, ¿de qué forma?

El proyecto fotográfico nos ha convertido en compañeros. Es un proyecto basado en nuestra relación y crece con ella. Es parte de nuestra vida. Al comienzo él hacía lo que yo le pedía, pero ahora participa mucho más. Realmente comprende lo que hago y contribuye con sus ideas o reacciones durante las sesiones. Si dejo de fotografiar por mucho tiempo, él me insta a seguir haciéndolo. Mientras más avanza el proyecto, más nos conocemos y confiamos en el otro. Creo que estamos más conscientes del hecho de ser una pareja que otras parejas. El proyecto musical es un gran balance para nosotros: para las fotos yo soy la directora, y en la música él se convierte en el líder.

¿Planeas continuar tu trabajo explorando las posibilidades de las relaciones heterosexuales? ¿Tienes algún otro proyecto específico planeado a futuro?

Sí, planeo continuar este proyecto mientras estemos juntos. Estoy trabajando en algo que no incluye a Moro, algo enfocado solamente en temáticas femeninas. No puedo decir más porque estoy trabajando en ello.

 

 

 

Otros Relacionados