Nado Largo
Nade por el Atlántico
Para intercambiar
Una mirada perdida
Con sabor a sal marina
Con olor a nieve andina
Camine por tu palma
Hasta llegar al centro
Para quedarme dormida
Escuchando el palpitar
De tu cuerpa tranquila,
Pero al despertar,
Tu nombre brillaba
Como estrella nortina.
Flotaba sobre la pantalla,
Preguntándome,
Si volvía a casa
Alexa, make some coffee
La polola de Carmen trabaja en la oficina de Amazon en Seattle, es gringa y no habla español. Hace dos semanas le trajo a Carmen una Alexa. Se la conectó a todos los gadgets eléctricos. Lo primero que se conectó fue la maquina de café para que, por las mañanas, Carmen pudiera decir, entre pestañeo y bostezo,
«Alexa, make some coffee.»
Así Carmen ahora rompe el silencio mañanero, con ayuda del sonido de la maquina de espresso. El estudio niuyorkino de Carmen se llena de olor a café en cápsula mientras ella abre los ojos con flojera y se para, lentamente, al borde de su cama.
A Carmen la verdad no le gusta tanto el café. Prefiere tomar mate pero, al otro lado de América, su mamá, María, no comenzaría el día sin su tasita de café.
Desde que Carmen tiene memoria, María camina por las mañanas, con un ojo medio cerrado, desde la pieza hasta la cocina para preparar su cafetera Italiana. Varias veces, se le cae la cafetera por andar dormida y, entonces, se derrama el café hirviendo por la cocina, manchando el pijama de María, el suelo, y el aire. Un grueso café oscuro cubre el pequeño departamento en el piso catorce.
Cuando Carmen todavía iba al colegio y vivía con María en su departamento de Fleming, el café se tumbaba a un lado por lo menos una vez a la semana. Carmen despertaba con el sonido eléctrico de la cafetera metálica estrellándose contra las baldosas de la cocina. Inmediatamente después de el sonido, llegaba el olor a café al cuarto de Carmen. Estas mañanas caóticas, manchadas e irritables son las que más extraña Carmen. El olor a café por la mañana le recuerda a su madre y a su Chile, a su pequeño departamento en Fleming, al gato del vecino y al niño que vivía en el edificio de al frente.
Whatsapp:23 de Octubre, 2019
Hola amiga
Hola Carmen
Quiero estar allá
Me siento lejos
Estamos lejos
Yo también
Tengo una pena
que me tira
desde la tripa
Desperté en la noche con miedo
Desperté con ataque de asma
Es que no
me concentro en nada
Te apoyo desde lejos
No pena,
Rabia sí
Pena de estar lejos no ma’
Y,
Que onda tu mamá?
Mi mai bien-
Saliendo a caceroliar.
Y cuando vuelves a Chile?
Diciembre, y tú?
Yo también.