Era la más improbable candidata a ganar el premio Polaris Music Price, equivalente al Mercury Music Prize británico. Dentro de los discos en competencia – todos lanzados durante el año 2016 por músicos con nacionalidad canadiense – se encontraban los últimos trabajos de Leonard Cohen, Feist, BadBadNotGood y La Papessa, segundo LP de la cantante independiente Lido Pimienta. Con una propuesta experimental, que mezcla el folclore de su país de origen con la electrónica, el disco es cantado completamente en español, mientras todos los otros nominados cantan en inglés o francés, los dos idiomas oficiales de Canadá. Sin embargo, se convirtió en la ganadora del premio que consiste en en 50.000 dólares canadienses, equivalente a casi 25 millones de pesos chilenos, compartiendo el mismo reconocimiento que han recibido destacados músicos canadienses contemporáneos como Arcade Fire, Feist y Buffu Sainte-Marie, entre otros.
Lido es una mujer inquieta y su carrera es reflejo de su tenacidad, fuerza y persistencia. En el ámbito musical canta, escribe letras y produce. Ha colaborado con Javiera Mena, Andrea Echeverri, A Tribe Called Red, entre otros. Además, es artista visual, curadora y crítica de arte.
Descendiente del pueblo indígena wayúu, que habitan la península del caribe que separa Colombia con Venezuela, se considera una artista política, que busca servir de inspiración para otras mujeres. Con su música, se ha presentado en distintas ciudades de América y Europa, donde muchas veces, además de presentarse sobre el escenario, da conferencias que tratan sobre derechos indígenas, feminismo y otros conflictos políticos.
Qué te produce que hagas un show en español y que una persona que no habla ese idioma se conecte con tu música, sin entender las letras. ¿Cómo lo explicas?
Eso se llama cantar con espíritu. Uno no necesita lenguaje para cantar. Si tú vas a mi show puedes sentir cosas que de pronto tenías dormida por muchos años porque es así como yo recibo la música. Yo soy un canal, yo soy mensajera y tengo que mandar ese mensaje con toda la intensidad, con toda la intención y me he entrenado para eso.
Estoy consciente de que mucha gente no entiende lo que estoy diciendo, por lo que tengo que proyectar esa emoción y así sucede. Cuando estoy cantando yo me voy de mi cuerpo, me fui a otra parte, y lo que queda de mí, es mi espíritu, mi ancestría, lo que queda es la fuerza de toda la sangre que tengo dentro de mí, que ha luchado mucho para que yo este donde estoy.
En Canadá, en primera fila, los canadienses lloran, con la cara roja, con sus mocos. Hay veces que la seguridad se tiene que llevar a la gente y yo no me sorprendo porque esta sociedad es tan fría, tan planificada, tan disciplinada, casi militar, que cuando alguien como yo se sube al escenario la gente suelta cosas de la niñez que tenían reprimidas. Yo suelto las bestias.
https://youtu.be/yACkEJFr2to
En sus letras habla de los asuntos que le llaman la atención, “que la imposibilitan a permanecer ajena” como dice ella. La Papessa lo presentó con la canción Agua donde relata sobre la sequía que sufre el pueblo Wayúu, hace más de 40 años, producto de las multinacionales que han agotado y contaminado los recursos hídricos de la zona histórica que han habitado, causando miles de muertes por deshidratación infantil, comparables a las de Ruanda y Etiopia.
Confiesa que no se siente ni wayúu, ni colombiana, ni canadiense. “Me identifico como indígena que vive en Canadá, que es el nombre mainstream que recibe esta colonia. Soy una persona que existe en muchas realidades y narrativas”. Cuando está en Colombia, extraña Canadá y viceversa. “A veces en Colombia pienso que ya no soy de país porque soy la más seria cuando estoy allá y acá soy la recocha más grande, la que más grita, la que hace más escándalo”, afirma riéndose.
Tu último disco se llama La Papressa, que significa la alta sacerdotisa y en el tarot representa el poder femenino y revela a una mujer que nos protege y ayuda. ¿Cuál es tu credo y qué es lo que buscas sanar?
Este álbum me ayudó a superar mi divorcio con el papá de mi hijo y ese es un tema global, todos lo podemos entender. Lo hemos vivido por uno o por alguien más. Además, este álbum me ayudó a sobrevivir acoso domestico con una persona con la que salí después de haberme separado. Es un álbum que me ha ayudado a aceptar la muerte de mi hermano. Es un álbum que me ha ayudado a entender la narrativa del norte y del sur de América. Entonces por eso se llama La Papessa, porque cuando yo entendí el significado de esa carta, yo adopte ese modo de ser, de estar como una figura que tiene mucho dolor, pero tiene mucha fuerza y esa es la fuerza que busco transmitir con mi música. No importa lo difícil que sea el tema, pero lo vamos a entender y lo vamos a sobrevivir juntos y por eso La Papessa ha llegado donde está.
Yo la solté sin esperar que fuera a ninguna parte, pero cuando la gente todavía te escribe para agradecerte porque con esas canciones sacaron la fuerza para separarse, para salir del clóset, y cosas así, es como wow. Yo nunca me lo imagine, pero ahora que ya sé el alcance que tengo, estoy mucho más motivada y con ganas para el próximo capítulo.
¿Cómo se llama el próximo capítulo y cuándo parte?
Se llama Miss Colombia y ya partió. Llevo escribiendo esta música desde cuando el presentador Steve Harvey se equivocó y le dio la corona de Miss Universo a la candidata colombiana. Después de todo lo que le dijeron a ese pobre hombre y a la pobre miss Filipinas yo empecé a escribir canciones como una respuesta, una carta de amor cínico a Colombia. Cómo coño se está muriendo mi gente wayúu porque no hay agua y nadie se revela, nadie hace nada, el país no se une para que esos niños puedan sobrevivir, pero le quitan la corona a una pedazo de weona y todo el mundo llorando de que hay que devolvérsela. Nunca en mi vida vi a Colombia tan unida y por una razón tan estúpida.
En La Papessa hablas de la crisis del agua, de feminismo, de la cultura indígena. En esta nueva etapa, ¿cuáles son los temas que te mueven?
Mis Colombia lo escribo más madura, más empoderada y con la capacidad de analizar mi posición como emigrante, ciudadana de dos países, como artista independiente, como hija, como resultado de sangre mixta. Ya he vivido 10 años en Canadá, ya no tengo que ponerle tanto foco a este país porque está es mi realidad, ya no tengo que estudiarla, ni analizarla, ni saber adónde voy. Ya estoy aquí. Ahora digo, bueno tengo que volver a mi país y, de ahí, ver cómo voy a volver, como lo voy a hablar, como lo voy a decir y pues… se vienen muchas cosas lindas.
¿Te sientes más cómoda armando o presentando un disco?
Me gustan las dos. Quizás porque soy artista visual, curadora y crítica de arte, miro mi proyecto musical como si estuviera escribiendo un ensayo. Necesito tener una investigación, saber cuáles son los temas, cuál es la conclusión. Yo lo hago así. Mientras estoy armando las letras, estoy investigando sonidos para ver cómo los puedo mezclar de la mejor manera.
Yo no me siento y digo “voy a escribir una canción sobre el calentamiento global”. No, así no sucede. Yo estoy lavando los platos, con mi hijo mío dándole la comida, y de repente me llega una melodía y la tengo en mi cabeza por dos, tres semanas y de repente ya sé de qué es la canción. Es una cosa que es espiritual y que yo, en mi educación, que es bien gringa y europea, la traigo como la lógica a la vaina y organizo los pensamientos.
Para la producción de Miss Colombia, Lido Pimienta trabajó durante 3 semanas en Santiago con el músico Andrés Nusser. “Somos muy amigos desde el 2011, siempre hablamos online y, a fines del año pasado, decidí tomarme un tiempo para trabajar los demos en Santiago con él, como ingeniero de esos temas. Para mí, mientras más distinto es el punto de vista, mejor es la música que se hace. Lo que Andrés hace, su onda, es totalmente lo opuesto a lo que hago yo. Además, es tan buen músico, productor e ingeniero, que dije “vamos, tenemos que trabajar juntos””.
En la primera entrevista que leí sobre ti, que fue justo antes de lanzar La Papessa, decías que trabajabas sola. Ahora, para coordinar esta entrevista tuve que hablar con tu equipo canadiense. Con todo este reconocimiento, ¿cómo no perder el control creativo? ¿Cómo mantenerse independiente y clara que cuando uno recibe tanta atención?
Cuando decidí trabajar con esta gente, ya teníamos una relación, una conversación muy clara de cómo íbamos a trabajar y hay un contrato, que especifica, ustedes tienen que decidir aquí, aquí y aquí. Y en todo el resto, no tienen nada que decir. Y ellos dijeron sí, perfecto.
Llevo haciendo esto por tanto tiempo que ya sé quién soy. Yo tengo la madurez cómo de una señora de 60 años. En el momento que alguien me diga, “Lido tienes que hacer esto”. Yo los despido porque a mí nadie me va a decir cómo tengo que hacer nada. Yo sola sé cómo hacer mi bola.