Es su responsabilidad todo lo que se ve en una película, de todo lo que refleja la luz. Dicho así suena sencillo, pero es un proceso complejo. Le toca trabajar de manera constante con el departamento de arte, está a cargo de todo el equipo de iluminación y de cámaras, y con el director de la película, entre un sin fin de relaciones que se pueden formar durante el proceso que dure realizar una película. A fin de cuentas, de su trabajo depende hacer realidad la visión del director y de la imagen que se proyecta, de lo que los espectadores ven. “Una película es una obra en la que trabajan 50 artistas pintando el mismo lienzo”, asegura el director de fotografía Sergio Armstrong.
Partió trabajando como camarógrafo en Sexo con Amor, Subterra y Padre Nuestro. Después de eso, empezó su carrera como director de foto, rol que ha ejercido en películas como La vida me mata, Tony Manero, Mi último round, Post Mortem, Joven & Alocada, Neruda, No, Nasty Baby, La Nana, Gatos viejos, el documental de Electrodomésticos, La Mujer de Barro, Crónicas Palestinas, y, además, ha trabajado en la película uruguaya Matar a Todos, en la venezolana Desde Allá y en la argentina La Novia del Desierto.
Su trabajo ha sido exhibido en los festivales más importantes del mundo (Cannes, Berlín, Venecia, Sundance, San Sebastián, entre otros) y su última película, Princesita, tuvo un aplaudido paso por el Festival de Toronto, donde su trabajo fue alabado por el organizador y medios internacionales.
¿Cuál es la propuesta de dirección de foto de Princesita?
La película es de mucho sugerir y con Marialy Rivas (directora) buscamos ser muy ambiguos, pero al mismo tiempo muy atrevidos y pop. Jugamos con los colores, para armar distintos ambientes.
¿Cuáles fueron los referentes?
Sally Mann, una fotógrafa que retrata a los niños con mucha naturalidad y sensualidad, de una manera un poco perturbadora también. Nosotros queríamos que la niña protagonista y la comunidad tuviera una onda infantil, sensual y provocadora, para por esa línea darle un condimento a lo depravado que son los personajes de la película, que tienen un discurso muy inteligente.
También el director Terrance Malinck (El Árbol de la Vida, La Delgada Línea Roja, etc) que logra convertir el entorno es un personaje más, poniéndolo muy en evidencia, dándole protagonismo.
Estudió con Hector Ríos (1927-2017) en Valparaiso en la Universidad de Santa María. Ríos, considerado como el padre de la fotografía en el cine chileno, trabajó en películas insignias de la historia del país como El Chacal de Nahueltoro, La colonia penal de Raúl Ruíz y La Frontera. Para Armstrong, “Héctor fue uno de mis maestros. De él aprendí mucho, a iluminar, a crear imagen. A observar, a mirar, a conversar con los directores. Me enseñó a dialogar”, dice sobre el que fue su profesor por un año. “Fue un tremendo pedagogo”.
A continuación, Sergio nos presenta algunas de sus películas favoritas por su desarrollo cinematográfico.
1.- Luz Silenciosa de Carlos Reygada
Es un director mexicano muy visual. Esta película es sugerente, la cámara flota en el aire. Hay muchas escenas de exterior que están grabadas en la hora de luz precisa. Uno no puede ir a contrapelo del sol, sino que trabajar con él.
El cine lo inventaron los fotógrafos, que querían registrar el movimiento y por eso las primeras películas eran caballos corriendo o de un tren que llegaba a la ciudad. Después llegaron los directores que venían del teatro. Ahora, en el cine, lo más importante es la historia y por eso hay que volver un poco atrás en el tiempo, para darse cuenta que lo más trascendental es cómo se cuenta la historia. El cine tiene que ser sugerente, no evidente, tiene que dejar espacio para la imaginación, para que cada espectador arme su propia historia y haga propio lo que la película cuenta.
2.- Sed de Mal de Orson Welles
La película se inicia con un plano secuencia que muestra un despliegue técnico y coreográfico bastante impresionante para la época (se estrenó en 1958). Parte con un tipo poniendo una bomba a un auto y termina cuando esté estalla, entre medio una grúa combinada con un Dolly (carro que se pone en el suelo y arrastra la cámara por rieles) muestra la ciudad, sus calles – todo es un gran set – y mucha acción coordinada en una gran coreografía.
3.- Sin Aliento de Jean-Luc Godard
Con el movimiento Nouvelle Vague los equipos se hicieron más livianos, por lo que se empezó a grabar en las calles, siguiendo a los personajes a través de la ciudad. Con la nueva tecnología llegaron nuevos problemas, como la luz del sol y los contrastes.
Sin Aliento tiene harta acción, mucho movimiento y la cámara entra a los autos, a los edificios, está donde están los personajes.
4.- La Dolce Vita de Federico Fellini.
Las películas son monumentos históricos de su época y con la nueva tecnología de mediados del siglo pasado, los equipos se hicieron más livianos, por lo que se empezó a filmar más en las calles. Mientras las cámaras siguen a los personajes, van registrando la ciudad.
En esta película hay una escena donde una famosa actriz se baña de noche en la Fontana di Trevi y esa escena es la que los vendedores ambulantes hasta el día de hoy venden en forma de imán para el refrigerador o como posters en ese lugar.
5.- Y la nave de Federico Fellini.
Es hermosamente falsa. La película se trata de un viaje en barco, con pasajeros artistas que van a hacer un show y empiezan la lucha de ego, todo muy caraturesco, y se grabó en estudio.
La propuesta es que nada se vea verdadero, pero tiene una estética muy cuidada, entonces uno entra a la poética que te proponen y se te olvida que nada es real. El agua es de plástico, los atardeceres impresionantes son en un set.
En Neruda, queríamos que en los autos se viera la proyección, que tuviera esa identidad de los 50´s porque la película está situada en esa época. Queríamos retratar eso. Y es un webeo, primero filmar los fondos, después en estudio el auto con el fondo proyectado. Pero si uno se mantiene fiel a la propuesta estética, se forma una película coherente.