26/11/2018
26/11/2018

José Pedro Godoy + Roberto Cavalli

 

Con diez años de carrera, la obra de José Pedro Godoy ha sido exhibida en Nueva York, Miami, España, Panamá, Canadá, Bolivia, Argentina y Chile, además de ser uno de los artistas más jóvenes en tener una exposición individual en el Museo de Bellas Artes de Santiago. Nada mal para el pintor de 33 años, que esta semana suma un nuevo hito dentro de su carrera al colaborar con la marca italiana Roberto Cavalli.

Fundada en 1960 en Milan, fue a principios de los 90 que se convirtió en una de las marcas más populares del mundo. De diseño marcadamente italiano, abundante y ostentoso, su imaginario esta fuertemente ligado a la estética de los 90 y los primeros 2.000, cuando sus campañas eran protagonizadas por Kate Moss y Naomi Campbell y entre sus clientes se encontraban las Spice Girls, J. Lo y Christina Aguilera.

Sin embargo, con el paso de los años la marca ha perdido influencia y prestigio, por lo que para llegar a nuevos públicos desde 2014 han contratado a distintos Directores Creativos, pero ninguno ha logrado revertir las ventas y permanecer más de dos años en el cargo. El último en llegar es Paul Surridge, el británico que alcanzó el éxito como Director Creativo de Acne Studio y Z de Zegna.

Dentro de sus primeras desiciones estuvo la de abrir una nueva tienda en Nueva York, donde el viernes presentó su segunda colección para la marca, en la que invitó a colaborar a José Pedro Godoy. Conversamos con el artista chileno sobre esta colaboración.

 

 

¿Cómo conociste a Paul Surridge?

Tenemos algunos amigos en común que le mostraron mi trabajo, y entonces fue cuando Paul me propuso usar las imágenes de algunos cuadros para esta colección. Entiendo que la primera vez que vio mi obra fue cuando Igor Ramírez, editor de la revista Solar, le envió el número de la revista publicada el segundo semestre del año pasado, donde una de las portadas está hecha por mí, junto a Figuras recortadas por otra luz, libro que reúne una selección del trabajo que hice en pintura entre los años 2006 y 2016.

 

¿Cómo fue el proceso?

Todo fue por correo y whatsapp. Me contactó en junio y trabajamos con cuadros que ya estaban hechos. Le dije a Paul que él decidiera qué imágenes quería usar.

Cuando uno colabora creo que es bueno que cada uno tenga la libertad de hacer lo que sabe, para así poder tener cierta seguridad en el resultado. A mí me gusta mucho el trabajo de Paul, en particular lo que está haciendo con Roberto Cavalli.

 

 

Todo el imaginario que desarrolló Cavalli alrededor del 2.000 me fascina: la opulencia, la sexualidad, el desborde, el lujo. Hay imágenes que tengo muy presentes, como unas fotos en donde los modelos posan alrededor de una piscina paseando tigres o Paulina Rubio en el video clip de “Y yo sigo aquí” con una blusa con estampado de jirafa en turquesa y negro con mangas de piel. Además, muchos cuadros los hago pensando en las composiciones, resoluciones o paletas de colores de algunos estampados, por eso tenía mucho sentido para mí verlos convertidos en ropa, algo que quería hacer hace tiempo y no había podido concretarse hasta ahora, lo que ha sido muy bueno, porque Paul tiene la experiencia y un equipo de trabajo excelente, y ellos han logrado que el resultado sea muy bueno.

 

¿Has podido ver la ropa en vivo?

No todavía.

 

¿Qué es lo mejor de colaborar?

Aprender de otros puntos de vistas y formas de abordar las ideas. Pero como te decía antes, creo que para disfrutarlo necesitas confiar y admirar el trabajo de las personas con las que haces la colaboración.

 

 

¿Te gustaría seguir colaborando con otros artistas?  

Si. Trabajo mucho con la figura humana y la mayoría de los modelos que me posan son actores, performers o bailarines. Con Pedro González, que sale en casi todos mis cuadros, tenemos muchas ganas de trabajar en algo, pero no hemos podido darnos el tiempo para concretarlo. También he conversado con Matthew Neary, artista visual, pero hasta ahora son ideas vagas y ganas.

 

¿Qué otros planes tienes? 

Nada concreto pero muchos proyectos en mente. Lo que si sé es que por ahora no quiero hacer nada muy grande ni que signifique muchos años de trabajo. Entre el 2010 y 2018 he tenido 6 exposiciones individuales. Historia violenta y luminosa, que mostré en el Bellas Artes, me tomó casi 3 años de trabajo y ya no tengo ganas de dedicarle tanto tiempo a una sola cosa. He disfrutado mucho haciendo el proyecto Este puede ser el lugar en Carmen 36, junto a mis compañeros de taller, o Juventud en la Galería Nemesio de la UMCE en donde expuse junto a mis amigos de universidad. En esas dos muestras he hecho obras en donde el montaje y las relaciones que se generan entre las imágenes son fundamentales, y creo que voy a seguir explorando por ese lado.

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