Tus fotos se mueven entre la realidad y la fantasía. ¿De dónde proviene tu imaginario estético?
Nunca he pensado en mis imágenes como “fantasía”, porque cuando pienso en esa palabra pienso en el género cinematográfico. Pero tienes razón, supongo que están en un punto medio. Creo que es interesante caminar por ese límite, y definitivamente hay una especie de zona de confort respecto a cuánto puedo estirar la realidad o una representación realista antes de que una obra pierda esa base tan importante de realidad. No estoy seguro de dónde proviene ese imaginario. A veces algunas ideas o visiones aparecen cuando hago cualquier otra cosa. Otras veces no tengo tanta suerte, y tengo que empezar a disparar para que mi mente funcione de nuevo. Siempre he sido fan de las películas de terror y ciencia ficción, y creo que estos géneros son tratados de manera injusta la mayoría del tiempo. Me gusta creer que tengo algo para aportar a estos géneros.
¿Cuáles son tus influencias?
Obtengo mucha inspiración de pequeñas cosas, como fragmentos de cinco segundos de películas o cosas que pasan en la vida diaria. Pero mis influencias siempre están cambiando. Por ejemplo, hace poco volví a ver algunas de mis películas clásicas favoritas de Toho Godzilla. Me inspiro mucho en sus sets y diseño de personas. Y si estamos hablando de artistas, mis mayores influencias son personas como Stanley Kubrick, Zdzisław Beksiński, Roman Polanski, Maria Lax, etc.
¿Cuál es tu relación con el ocultismo?
Creo que mi interés en el ocultismo viene de la manera en cómo veo el mundo. Le doy mucho valor al enfoque científico para comprender lo que sucede a mi alrededor, por lo que interpretar los rituales y prácticas “de lo oculto” desde un lente científico es gratificante. Que haya o no haya algún poder cósmico o mágico es algo secundario. Lo que encuentro más interesante es cómo la creencia de su poder, y por ende su poder religioso, sus leyes y ritos culturales pueden regir tanto la manera en que una persona interpreta y vive su vida. Supongo que mi trabajo con los temas ocultos está conectado a lo que me provoca esa exacerbación que rodea a los vínculos religiosos y culturales en los que los seres humanos aún están atrapados.
Has estudiado sobre satanismo y ocultismo, y tu serie «Tha Black Mass» fue creada en colaboración con el Templo Satánico de Salem, Massachusetts. ¿Cómo fue trabajar con ellos?
Cuando estaba investigando para hacer mi serie Black Mass en 2016, me encontré en un callejón sin salida para encontrar fuentes de archivo de calidad. Estaba realmente interesado en el movimiento puritano de Massachusetts, el que eventualmente se divulgó con los juicios de las brujas de Salem. Me contacté con el Templo Satánico de Salem para encontrar algunos textos raros. Fueron de gran ayuda y me encantaría poder volver a trabajar con ellos, ojalá de mayor forma.
El uso de flash es importante en tu trabajo. ¿Cómo funciona en tu obra?
Creo que el flash ayuda a establecer la cámara como un participante del trabajo. Una fuente de luz claramente direccionada desarrolla una personalidad, y se convierte en una encarnación de la audiencia. Para mí, el flash tiene este tipo de personalidad estéril y castigadora que quiere exponer y juzgar las escenas que ilumina. Me gusta pensar en el destello del flash como una luz de moralidad y vergüenza que ilumina estas escenas que cree que son depravadas o condenables. Podrías interpretar la luz y la oscuridad como interpretaciones del consciente y el subconsciente, el «Ego» y el «Id», o simplemente un speedlite sentado sobre un trípode.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Normalmente comienza mientras manejo de noche. Me gusta la manera en que las luces del auto iluminan el camino. Mis imágenes son algo que jamás separo de mí mismo: nunca no estoy pensando en ellas y lo que significan para mí y para otros. Pienso en su creación como nacimientos. Las imágenes tienen voluntad propia, quieren desarrollarse de una manera particular y normalmente siento que terminan haciéndose a ellas mismas. Todo se siente bastante natural cuando permites que el trabajo se guíe solo, es como si las piezas encajaran naturalmente donde deben. A veces tomo decisiones en la edición que me presentan muchas nuevas posibilidades, y algo que pensaba era mundano se convierte algo que me emociona mucho. Cuando me siento totalmente sin inspiración, simplemente me fuerzo a empezar a trabajar y espero que algo suceda. Normalmente lo hace.
¿Cuál es el rol del retoque digital en tu trabajo?
Es parte fundamental. Mis imágenes están más cerca de la pintura que de la fotografía. Todos los elementos que ves están fotografiados por separado, y normalmente los manipulo mucho, por lo que podríamos decir que mis imágenes están más ‘hechas’ que ‘tomadas’. Cada figura que ves en las imágenes soy yo, por lo que el trabajo también requiere una buena parte de planificación previa. Normalmente desarrollo el primer plano de una imagen, específicamente las figuras y accesorios, como una agrupación separada de elementos contra una capa de fondo negro. Los fondos y las texturas son los últimos elementos que agrego a las imágenes. Creo que desarrollar la estructura central del trabajo en un espacio negro tiende a incrementar la creatividad: no estás atado a seguir ninguna dirección en específico. Es una forma más lenta de hacer imágenes pero realmente disfruto mucho más la edición que la fotografía en sí. Incrementar tus habilidades en el retoque digital es como aumentar tu habilidad de traer tus pensamientos y visiones a la realidad con menos impedimentos.
¿Qué buscabas lograr o transmitir con la serie Body Horror?
Cuando comencé a trabajar en la serie Nativity hace algunos años, una de mis metas era producir una imagen nueva cada dos semanas. Logré el impulso durante un tiempo, pero me avergonzaba la calidad de algunas de ellas. Body Horror fue originalmente planeada como una continuación de los temas de Nativity, con el énfasis puesto en llevarme a mi mismo a crear obras de la más alta calidad que pudiera, para perfeccionar sobre todo mis habilidades en la edición. Creo que tratar de transmitir cualquier ‘significado’ serio en el arte es en gran parte inútil y un poco aburrido. Cuando un trabajo es demasiado honesto en su esfuerzo por ‘significar algo’ se vuelve una parodia de sí mismo. Lo que espero de un trabajo es que emita un ánimo particular al ser experimentado por la audiencia, uno que yo esté experimentando y sintiendo profundamente. Que puedo llenar un trabajo con una parte de mí mismo para viajar a través del éter a mi espectador, para que quizás puedan sentir esa parte de mí, eso muy íntimo.