Y.A.N.G: confeccionando el futuro desde la reutilización - Galio
20/03/2019
Texto: Joaquín Vergara Fotografía: Carlos Saavedra Styling: Ismael Andrade Maquillaje: Macarena Nuñez Modelo: Helena Purto Modelo: Juan Sebastian G.
Texto: Joaquín Vergara Fotografía: Carlos Saavedra Styling: Ismael Andrade Maquillaje: Macarena Nuñez Modelo: Helena Purto Modelo: Juan Sebastian G.
20/03/2019

Y.A.N.G: confeccionando el futuro desde la reutilización

 

La moda sustentable fue el punto de reconciliación entre Francisca y su profesión. No convencida con los métodos tradicionales de confección que aprendió cuando estudió diseño de vestuario, incursionó en el upcycling, técnica que consiste en aprovechar los residuos o materiales en desuso para crear una nueva prenda con mayor valor.

Francisca es de Iquique, y si bien no se inspira de las típicas playas, palmeras y puestas de sol de la ciudad portuaria, de ahí consigue casi la totalidad de su materia prima. La autora de Y.A.N.G. creció cachureando ropa en las ferias de Alto Hospicio junto a su tía, siendo este pasatiempo el puntapié inicial para confeccionar ropa.

Dentro de las influencias de la diseñadora se encuentran principalmente artistas visuales del surrealismo como René Magritte y los paisajes utópicos del ilustrador Ruben Topia. También toma elementos de la geometría sagrada, como los toroides y los fractales. Pero una de sus principales inspiraciones son las personas que la rodean: la estética de sus amigos y a las fiestas que asisten. “Hay tanta información dando vueltas en internet, que ahora en particular no hay ningún diseñador en especial que me inspire e identifique. No puedo casarme con un diseñador en específico, pero con artistas visuales sí», recalca.

 

 

¿Cómo ha sido tu experiencia trabajando con upcycling?

Ha sido súper liberador. Al salir de universidad me negué a hacer ropa como se hace normalmente, que es con el método Feller y comprando metros de tela, generando residuos. Comprar ese material textil te hace utilizar recursos naturales para crear un producto que, honestamente, es irrelevante para las necesidades básicas del ser humano. El upcycling me permitió hacer las pases con mi rubro y pensar que hay una buena y mejor manera de hacer las cosas. Pero cuando empecé también generaba residuos, y me enfrenté a problemas de técnica que he ido mejorando. Ahora, por cada prenda que reciclo se utiliza entre el 97 o 100% de ella, y hay muy poco residuo por diseño. Es algo muy reconfortante saber que estoy haciendo las cosas bien.

 

 

¿Cómo sientes que ha evolucionado tu marca y técnica desde que empezaste en el 2017?

Me he vuelto cada vez más coherente en cuanto a la sustentabilidad. Antes no me preocupaban tanto de los retazos, pero ahora llevamos varios diseños y tenemos muy pocos. Tengo cada vez más ganas de formar un equipo más grande, y agrupar cada vez más talentos bajo el ala de Y.A.N.G.. Me di cuenta de que sola es imposible. Tengo las ganas de que la empresa siga creciendo, pero tampoco con la intención de ser millonaria, sino de tener un proceso consciente con gente bacán.

¿Cómo es tu proceso creativo?

Primero consigo la ropa en las ferias y de la gente que me dona prendas que no usan. Luego pongo todos los materiales en el centro de la sala y ahí comienzo a seleccionar mezclas de texturas, patrones, etc. Es harto trabajo hacer una colección con upcycling, porque no puedes repetir la tela, entonces para que no te quede así un montón de información debes tener un hilo conector. Cuando ya tengo dos o tres diseños que me gustan, veo que sensación me transmiten, en qué estado emocional y personal estoy, y le doy un concepto. Me doy una o dos semanas para estudiar, leer y definir los conceptos principales y en base a eso continúo con la colección.

 

 

¿Cómo llegaste a presentar tu trabajo en Berlin y cómo ha sido recibido?

Fui a Milán a estudiar un curso de moda sustentable. Me fui con cinco diseños de acá, y allá me conseguí un espacio de trabajo y terminé haciendo la colección Zero Waste. Se dio todo en el camino, sin una idea premeditada. Cuando terminé el curso aún me quedaba tiempo por Europa, así que partí a buscar espacios y me conseguí una pasarela sustentable en Hagen. Allá me hice una amiga que me alojó en Berlín, e hice un tour por tiendas que me sugirieron. Fui a siete y me quedé con la que quería la colección completa, y ahí estoy vendiendo a concesión. Se han movido las cosas, pero siento que Berlín tiene una onda estética más dark que la mía, que es más «futurista color pop». Regresando allá me gustaría probar otras tiendas u otra ciudad, porque Berlín es súper oscuro.

¿Tienes algún público en específico al que apunte tu trabajo?

Mi público objetivo lo definí en el camino. Partí simplemente haciendo los diseños que me gustaban, y a medida que conocí a mis clientas me fui dando cuenta de cuál era mi público. Puedo decir que son mujeres a las que les gusta verse ricas, que tienen mucha actitud, tienen una presencia en Instagram, tienen todo ese rollo estético y que no les vale nada el qué dirán.

¿De qué se trata la colección que estás trabajando ahora?

La colección que estoy trabajando ahora es un poco la evolución de Y.A.N.G.. Antes era más rosa, con más glitter y brillo. Ahora, personalmente, estoy en una etapa más introspectiva, donde me estoy cuestionando muchas cosas, porque no veo un cambio real en cuanto a la consciencia del desastre ambiental que estamos viviendo. Cambios en el colectivo de la gente que me rodea, sí. Pero los cambios reales y efectivos en la sociedad no se están efectuando como debieran, y eso me causa miedo. Esta colección va a ser más dark e industrial, siempre con la influencia alienigena, pero quizás más como la mutación de una bella flor en un sitio más podrido y demoníaco. Esa es la transmutación que quiero: las esperanzas que tenía a la realidad que tengo ahora. Va a ser un lado más oscuro.

 

 

¿Qué tienes planeado a largo plazo con Y.A.N.G.?

Regresar a Iquique y enseñar estas técnicas a la gente de allá y desarrollarme como profesora. Quiero seguir investigando cómo la geometría se mezcla con el vestuario, y cómo mejorar los procesos de producción de ropa. Quiero ofrecer estas herramientas a personas que quieren ser diseñadores de vestuario. Entregarles este manual con técnicas de re-fabricación de ropa para decirles que las posibilidades son infinitas: puedes expresarte libremente con ellas, y en este proceso no tienes que consumir agua, producir Co2 ni nada, porque es un proceso de reutilización de recursos naturales que ya generaron estos problemas. Quiero impartir mis conocimientos a las personas que quieran formar parte de este círculo de reciclaje.

Actualmente puedes encontrar las prendas de Y.A.N.G. en la tienda Purga (Dardignac 144, Recoleta) junto a las prendas de otros diseñadores nacionales. Pero si te encuentras por Berlín, parte de la colección C.Y.B.E.R. se encuentra en la tienda de segunda mano y diseño independiente Pink Cadillac.

 

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