A principios de junio, sesenta y cuatro editoriales nacionales se reunieron en el patio central del Centro Cultural Gabriela Mistral para dar vida a la Lluvia del libro, la primera feria de editoriales independientes en lo que va del año, organizada por el gremio de Editores de Chile. Nunca antes en la historia del país han existido tantos editores y editoriales, agrupados en tres asociaciones gremiales que circulan alrededor de nuestra narrativa latinoamericana: la Cámara del Libro, Editores de Chile y la Furia del Libro. La Cámara reúne principalmente a distribuidores y, en menor número, a libreros y editores. En su mayoría, las y los editores nacionales se agrupan en la asociación de Editores de Chile, conformada por ediciones independientes y universitarias. Por último, está la Furia, que reúne a microeditoriales y emprendimientos de jóvenes escritores/as decididos a editar los libros que les gustaría leer.
Galio presenta una selección de cinco editoriales chilenas de eclécticos catálogos y propuestas.
Ediciones Overol
Overol nace el 2015 a partir de las inquietudes de lectores como Daniela Escobar y Andrés Florit. “Teníamos varias ideas de libros y decidimos crear una estructura para publicarlos por nuestra cuenta y aprender del oficio. Para nosotros es importante hacer circular dentro de la escena literaria voces que ayuden a enriquecer la variedad de registros, y proponer una identidad gráfica que los acompañe”.
Idea que también guarda relación con su nombre; Overol vincula su trabajo al imaginario de un taller. “Nos interesa trabajar los libros desde esa perspectiva, abordar minuciosamente los textos y el carácter objetual y visual de las ediciones”, afirman Escobar y Florit.
Desde su perspectiva, actualmente existen mayores facilidades materiales para llevar a cabo proyectos de editoriales de diversa escala. Distintas formas de imprimir, fondos estatales y privados que permiten directa e indirectamente solventar algunos gastos, y se ha formado un público que valora y está atento a las publicaciones de las llamadas editoriales independientes. Sin embargo, “vemos que falta una mayor alineación entre las políticas públicas del ámbito de la educación y del ámbito de la cultura para mejorar la formación lectora del país, sobre todo en el plano de la poesía, que en Chile sigue siendo más prestigiosa que leída, y que nosotros no hemos renunciado a seguir publicando”, aseveran Daniela y Andrés.
Dentro de su diverso catálogo, que va desde ensayo, narrativa, poesía y teatro, destacan y recomiendan el libro Las cartas de Eros (2016), de Enrique Lihn. “Es un pequeño conjunto en prosa, escrito en los años 80, que se mantenía inédito y fue publicado gracias a una investigación nuestra. Está compuesto por seis textos dirigidos a mujeres, Gabriela Mistral es una de las destinatarias”. El libro empieza con la siguiente reflexión sobre los quiebres amorosos:
«No siempre se entiende o se quiere entender cuando una relación empieza a declinar, aunque se trate de un fenómeno irreversible. Eso ocurre siempre unilateralmente. Es uno de los miembros de la pareja el que la cancela, pero las señales que emite, de terminación, son doblemente ambiguas; teme darlas, en primer lugar, y luego el afectado se resiste a recibirlas conscientemente aunque las percibe, desde una nebulosa, con claridad. El sueño puede registrarlas, con esa capacidad hiperrealista que tiene de hacerlo y es terrible, en este punto, la convergencia del sueño con lo real».
Editorial Montacerdos
Montacerdos es el título de la destacada novela del escritor peruano Cronwell Jara, publicada originalmente en 1981. Para Juan Manuel Silva, Luis López-Aliaga y Diego Zúñiga, fundadores de Montacerdos -la editorial-, su bautizo rinde honores a esta breve obra, la que luego también reeditaron a través de su sello. “Es un homenaje a esa novela que nos fascina y también una pequeña declaración de principios: queríamos ir tras ese tipo de libros”, explica Zuñiga.
¿Qué tipo de libros? Títulos de autores latinoamericanos contemporáneos con poco ruido en el circuito nacional. Desde el año 2012, llevan más de 30 libros publicados bajo su etiqueta. Su catálogo oscila entre los cuentos, novelas, ensayos, traducciones y próximamente cómics.
Diego Zuñiga afirma sentir y ver un auge en la industria nacional del libro, su percepción la apoya en los más de 100 proyectos editoriales que se reúnen cada año en ferias como La primavera del libro o La Furia. “En los últimos años se ha profesionalizado más esta industria, las microeditoriales han tenido que asumir de alguna forma que son una empresa y que eso implica tomar una serie de decisiones y encontrar una forma de trabajo adecuada, pero me parece que falta mucho camino para hablar de una industria del libro en Chile que sea realmente solvente”, señala Zuñiga.
De su amplio catálogo, Montacerdos recomienda su más reciente lanzamiento: Mudanza (2019) de la mexicana Verónica Gerber. “Es un pequeño ensayo que aborda la vida y obra de cinco escritores del siglo XX que en un momento de sus vidas deciden abandonar la literatura y se pasan a las artes visuales, donde encuentran un nuevo lugar en el que despliegan sus inquietudes. Gerber además es artista visual, así que el libro funciona a ratos como un relato autobiográfico. Es bellísimo y de una inteligencia muy particular”, explican.
Los Libros de la Mujer Rota
Los Libros de la Mujer Rota nació en 2015 cuando la escritora Claudia Apablaza, luego de trabajar en otras editoriales, decidió armar la propia para seguir una línea editorial que destacara las voces contemporáneas, en particular aquellas con pensamiento crítico y feminista. De ahí recae el significado de su nombre, inspirado en el libro de Simone de Beauvoir: La Mujer Rota (1967).
Para Jorge Nuñez, editor y esposo de Claudia, el panorama nacional está creciendo para bien, particularmente con la profesionalización de editoriales pequeñas. “Existe un mayor cuidado en el libro como objeto, en la definición de las líneas editoriales y en la importancia de la distribución. En relación a los gremios, cada uno tiene una feria y eso es muy sano. Han tenido sus roces en los últimos años, pero tengo entendido que ahora armaran una fundación en conjunto para la creación de una gran feria que vele por los intereses de todos. Sin duda, las editoriales actuales corren con una ventaja comunicacional que antes no existía: las redes sociales. Además de la importancia de tener prensa en medios, las redes sociales permiten generar una comunidad con los lectores y lectoras”, explica.
Desde Los Libros de la Mujer Rota recomiendan su último lanzamiento: La puerta del cielo (2019) de la escritora argentina Ana Llurba. “Es una novela distópica, tiene una atmósfera bastante cruda. Los cruces entre feminismo, maternidad y cosmovisión adolescente hacen que este libro sea de lectura rápida y absorbente. Hay ovnis, violencia y mujeres al frente. Tiene cuestionamientos de género bastante fuertes, pero también aparece un replanteamiento en la forma de escribir un libro, en el sentido de que se puede lograr una novela con diferentes corrientes literarias. Ana se atrevió con una escritura luminosa y propia, a pesar de la oscuridad de su relato. Hay luz, y mucha”.
Bisturí 10
En 2018, Emiliana Pereira montó Pirita, su distribuidora de libros, momento en el que también pensó abrir una editorial. Julieta Marchant, por su lado, a pesar de llevar nueve años haciendo plaquettes en Cuadro de Tiza Ediciones, y de haber trabajado en varios otros sellos, no se decidía a lanzarse con uno propio. Basto un par de conversaciones para que concluyeran trabajar juntas, pero en un proyecto totalmente personal. “Nos propusimos levantar un sello donde todo lo hiciéramos entre las dos, externalizar cosas lo menos posible y conocer el camino de un libro en todas sus fases. Eso se nos ocurrió en octubre y en diciembre salieron los primeros dos títulos. En parte, se trató de un impulso común. Un ímpetu muy bien coordinado”, confiesa Marchant.
Su nombre tiene tanto de anecdótico como editorial. El bisturí número 10 es el más usado en cirugías por la especificidad de su borde. “Ambas somos fanáticas de Grey’s Anatomy, y ahí cada inicio de una cirugía está marcado por la frase «bisturí 10», es decir, el pedido de la cirujana o el cirujano a la arsenalera de una herramienta para dar el primer corte o escisión a un cuerpo. Dándole una vuelta –y más allá de la anécdota como fanáticas– tiene que ver con el tajo inaugural que abre la materia. Parecía apropiado, desde ahí, pensar la literatura o la escritura como una irrupción y también una apertura” señalan.
En cuanto a su visión del panorama editorial chileno, Marchant es suspicaz. “Nada nos asegura que esta pluralidad sea sostenible en el tiempo. Pero sí hay un acceso más amplio y eso siempre es bueno: abrir posibilidades, generar comunidades de lectores, reunir inquietudes, desplegar o proyectar materiales. Hay un mayor acceso a tener una editorial; la impresión digital, por ejemplo, posibilita tirajes pequeños o por demanda. Y, a su vez, ese acceso a la impresión aumenta la cantidad de catálogos disponibles para un lector. Llevar eso a la palabra «auge» en tanto apogeo o máximo grado, dudo. Pero auge en tanto crecimiento, sin duda, porque ahí es algo numeral y aquello resulta inobjetable en el caso de la edición nacional”, asegura.
A la fecha, el catálogo de Bisturí 10 está compuesto por dos títulos breves en extensión: el poemario Charlas breves de Anne Carson, y el ensayo Sentido y ceguera del poema de Mario Montalbetti. Lo que recomiendan es su próximo lanzamiento, una antología de poemas de amor titulada así mismo: Amor. “Son cincuenta poemas escogidos por cincuenta autores. Se trata de una antología colectiva: cada autor menciona un poema de amor de otro autor y así va armándose el libro. Eso sale a finales de este semestre” anuncian.
Elefante
Editorial Elefante nace el 2018, con intenciones de una vida longeva, pero no por eso impaciente, como el animal que le da su nombre. La inquietud que motivó a José Rocuant a fundar Elefante fue su búsqueda por visibilizar y hacer circular libros que tuvieran un trabajo riguroso en cuanto a la forma en que están narrados. “No nos interpela la literatura de lo anecdótico, sino que buscamos textos que propongan búsquedas en el lenguaje que sean atractivas o, incluso, incómodas para los lectores, que los saquen de su zona de confort. También nace de una inquietud económica, pues sentíamos que los libros tienen un precio muy elevado y otro de nuestros énfasis es precisamente poner a circular nuestro catálogo a un precio que fuera más accesible”, afirma su fundador.
Para Rocuant, la constante aparición de nuevos proyectos editoriales en los últimos años hace indesmentible el mencionado auge editorial, ola que se extiende también a otros países de la región, como Argentina, lugar donde se gestan los textos que conforman el catálogo de Elefante. “Buenos Aires es una de las capitales más grandes del teatro, y no es casual que las autoras que publicamos (y que publicaremos) vienen, o se vinculan muy cercanamente con esta disciplina. De alguna manera esto impacta en la forma que cada una tiene de construir una narrativa, donde la voz sea la que construya el relato, la que dote del espacio, que sea la voz la que tensione el texto y no el argumento”, explica José.
Dentro de su catálogo, compuesto exclusivamente por escritoras argentinas, Elefante recomienda su más reciente publicación: Los accidentes (2019) de Camila Fabbri. “Este libro consta de 14 cuentos que nos muestran una serie de situaciones dislocadas por algún suceso fuera del orden de lo normal. Con imágenes trabajadas muy minuciosamente, con un fraseo muy particular en su narración, y siempre un paso adelante del lector. Pensamos que Camila Fabbri es una de las autoras jóvenes argentinas a las que se les debe poner más atención”, asegura Rocuant.