10/03/2020
10/03/2020

Mariana Montenegro: el baile y las emociones de su primer disco solista

Como si hubiese una división invisible, el mundo de las bandas y el mundo de la música electrónica en Chile pocas veces se topan. Pero Mariana Montenegro ha logrado unir ambos mundos, en una tarea para nada sencilla: no es fácil conquistar a dos públicos que aparentemente son muy distintos. Pasar de la sensibilidad y suavidad de las voces del indie, escena de la que Mariana fue protagonista principal como parte de Denver, a los beats bailables, los que hoy Mariana presenta con trabajadas coreografías.

 

 

 

 

Componer, cantar, tocar instrumentos, producir, ser DJ y bailar. Todo es parte del proceso creativo de este disco, que nació de las diversas experiencias musicales que Mariana ha desarrollado en los últimos años.

Daft Punk, Robyn, Donna Summer, Yaeji, Peggy Gou, Frankie Knuckles. Mariana admite que gran parte de las influencias de su sonido nacen a partir de experiencias en la pista de baile, ya sea como bailarina o como Dj. «Me influenció muchísimo la música que mezclo en mis Dj sets. Obviamente también muchas experiencias personales han influenciado, hechos que han desencadenado en que tenga más voluntad, energía y confianza en mí», asegura.

Pero aunque la música disco y electrónica es parte de su presente, su pasado indie no la abandona. Y dentro de las búsquedas del trabajo del disco, estaba que las canciones fueran tan versátiles como ella y sus gustos. «Me puse la meta de hacer tracks para la pista de baile que pudieran existir en su versión con piano o guitarra. No era algo fácil, puesto que en la pista de baile a veces molesta mucha voz o mucha estructura. Siento que lo logré con Sólo vine a bailar y Música», admite.

 

 

 

¿De dónde viene el nombre La Mar?

Una vez que tuve reunidas las canciones, observé que muchas mencionaban como objetivo al mar. En especial la canción «Río abajo», que habla de ir desde la montaña hasta el mar. Esta fue la primera canción que compuse del disco, hace cuatro años. Entonces, ordené las canciones «de montaña a mar». Es así como «Sangre de hielo», que habla de una persona imposible de alcanzar, como lo alto de la montaña, es la primera canción del disco y «Río abajo», donde finalmente desemboco en el mar, es la que lo cierra.

 

¿Cuáles son los principales pros y contras de trabajar sola?

En este proyecto, que es mío, he tenido que asumir el rol de liderar absolutamente. Eso ya ha sido un desafío para mí porque nunca había estado en esa posición. Por otro lado, está el desafío de «qué» es liderar, y es identificar qué contiene el proyecto, y contiene muchas cosas: está el área de creación de la música, el área de los shows, la promoción, la gestión. Luego viene el tema de cuál va a ser mi equipo de trabajo y encontrar a las personas. No solo personas que yo considere que son talentosas y que trabajan bien, sino que también tienen que ser personas que les guste el proyecto, que se sientan identificados, que los haga vibrar de alguna forma. Esa búsqueda también ha sido un desafío pero ha sido bueno porque he encontrado gente muy bacán.

La Mar es un disco refrescante que muestra una nueva y honesta faceta de Mariana Montenegro; más alegre, poderosa y segura.

«He aprendido que soy buena para liderar, y que también tengo harta confianza en mí y en el proyecto. No estaba tan segura de eso hasta que empezó a existir», admite. «Sentí que en cuatro años compuse canciones que reflejaron un proceso que no tenía idea que estaba viviendo, y que todo siempre estuvo escrito desde un comienzo».

 

 

 

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