Entrevista
04/01/2022

La Bestia de Hugo Covarrubias

Recientemente nominado al Festival Internacional Sundance y preseleccionado a los premios Óscar 2022 en la categoría de cortometrajes animados, al igual que el corto chileno “La Historia de un Oso”, Hugo Covarrubias y su equipo nos entregan una ficción y thriller psicológico animado basado en la mente siniestra de la torturadora y asesina en serie Ingrid Olderock, integrante de la DINA en plena dictadura chilena. Un cortometraje con técnica de Stop Motion, que ayuda y sirve como un ejercicio de memoria y justicia, tan importante para estos tiempos olvidadizos.

 

 

Igrid Olderock tiene la piel rota y de porcelana, como una muñeca rusa antigua. Se levanta temprano, toma desayuno junto a su perro Volodia, va a su trabajo en Carabineros de Chile, vuelve a casa, cena y duerme. Esta secuencia cotidiana se repite, pero a medida que los minutos del cortometraje pasan, te sumerges en su oscuridad, sus secretos y la mente torcida de Ingrid.  En 16 minutos conocemos su rutina y nos entrometemos con una pequeña cámara  en la intimidad de la torturadora, en uno de los contextos históricos más sangrientos de Chile, y cuya historia es revelada junto a su maldad, sus delirios y demonios desde la visión del director y docente de la Escuela de Diseño y Multimedia Arcos, Hugo Covarrubias.

 

Entiendo que la primera apertura de la idea del cortometraje “Bestia” fue retratar personajes oscuros, macabros y desconocidos de la historia chilena. En esa búsqueda se encontraron con la torturadora y entrenadora de perros, Ingrid Olderock. ¿Por qué eligieron la historia de esta mujer?

 

Creo que siendo una persona siniestra era muy interesante tratar de meterse en su psicología, tratar de adaptar la mente de esta mujer a un personaje de una película animada y tratar de encapsularla dentro de un código que es la animación. Sentíamos que este personaje (Olderock) era mucho más misterioso y siniestro, y también era un engranaje más dentro de esta maquinaria. No era alguien tan importante, sino que era un personaje muy odiado que podía mostrarnos otro punto de vista.

 

 

 

Amigo de sus demonios

 

Intentar retratar la psicología o el mundo interno de esta asesina fue complejo para Hugo Covarrubias. Ingrid Olderock se entrometía en sus sueños por las noches y algunos detenidos desaparecidos también. Todos trataban de mostrarle algo, como la luz que se colaba entremedio de las vendas de algunos torturados, el piso de la casona Venda Sexy, imágenes oníricas e imaginarias que ayudaron a crear el mundo animado del cortometraje Bestia. “Tomé el cortometraje casi como un ensayo sobre la maldad humana y traté de entender de dónde puede venir y hacia dónde va esta maldad por medio de la animación”.

 

¿Cómo crees que afectó el entorno social –patriarcal y fascista– en el desarrollo de una de las mentes torturadoras más siniestras de la dictadura? 

 

Creo que el producto es una Ingrid Olderock que tiene un poco de varios personajes. Tiene un poco de Álvaro Corbalán, del Mamo Contreras, de Pinochet, de mujeres que ella admiraba como Charlotte S. –una guardiana nazi que entrenaba perros–, entre otros.

 

Hay varias cosas que se replican en el actuar de las torturadas nazis y las chilenas, específicamente las tropas lideradas por Ingrid Olderock, quien reclutó a más de 70 mujeres para torturar y asesinar en la dictadura.

 

Claro. Ella entra en un afán de validarse y de ser la mejor en lo que hace. En el fondo sus pares son hombres y ella va a tratar de actuar de la misma forma, relacionarse de la misma forma. Ella era parte de una sociedad asesina, trabajaba para asesinos, enseñaba a torturar y torturaba. Creo que ella estaba “cumpliendo con su deber”, ella pensaba que lo estaba haciendo bien. Entonces, hay una delgada línea al pensar “lo estoy haciendo por el bien del país”.

 

Ella era una persona que tenía una herida en la cabeza producto de una bala, sufría de persecución, paranoia, era una persona muy desequilibrada. También por su entorno, por cómo fue criada por dos padres nazis, por las personas con las que trabajaba. Ella no podía confiar tampoco en su entorno porque ella estaba consciente en el fondo de que ella no era tan importante como creía.

 

 

¿Crees que en este entorno machista Ingrid se transformó en alguien aún más monstruoso para probarse frente a sus pares masculinos? ¿Es más monstruoso una mujer torturadora que un hombre? Lo pregunto porque cuando hablamos de torturadores hombres no hacemos ninguna reflexión en torno al género, pero cuando se trata de una mujer, reflexionamos por qué se pueden llegar a cometer estas atrocidades.

 

Esa es otra capa más que me fui dando cuenta en el camino, de que dentro de una capa hay más capas, porque soy un hombre haciendo una película de una mujer torturadora, entonces hay un miedo a no cometer errores. En ese sentido, creo que sí puede ser más monstruoso para algunos que una mujer sea torturadora, pero ella también era un instrumento para cometer actos… Mientras otros se lavaban las manos, ella era la cara visible de todos estos hechos. Es un efecto de la maldad. Por ejemplo, la película Misery, que tiene a este escritor encerrado y uno piensa “chuta, una mujer puede ser más mala que un hombre” y eso tiene que ver con el desconocimiento. Eso puede ser porque vivimos en un mundo muy patriarcal y ese desconocimiento lo hace algo más monstruoso.

 

En algún momento dijiste que este cortometraje era una forma para hablar de la maldad y de si puede ser heredada, bajo la premisa de “Dentro de cada bestia, existe una víctima”. Ya ha pasado un tiempo desde el estreno, ¿todavía crees en esta premisa? 

 

Sí, se da mucho la figura del victimario que es víctima al mismo tiempo. Víctima de sus traumas, de la educación que recibió. No sabemos si ella hubiese sido torturadora y asesina si hubiese tenido una educación diferente, o tal vez, no al nivel de lo que terminó siendo: un ícono de la tortura y las mentes siniestras. Sin duda sigo pensando lo mismo. Hay un porcentaje de su construcción humana que viene de ser víctima de una educación y una construcción que recibió como ser humano desde varios flancos. Ella es víctima de lo que le enseñaron a ser y tiene que ver con los traumas que tuvo cuando chica con padres nazis, demasiado adoctrinadores y ella termina siendo lo que es.

 

¿Te gustaría seguir trabajando con personajes tan oscuros, siniestros y con tantas capas como Ingrid Olderock en futuros proyectos?

 

Sí, también me interesan las sociedades oscuras. Creo que tampoco se ha hablado mucho sobre eso en el mundo audiovisual y literario chileno.  Hay muchas películas que hablan de sociedades y de sectas, que en el fondo no tienen ningún trasfondo político, entonces a veces uno puede agarrar un género y transformarlo en cine político. En este caso estuvo muy cercano a un thriller psicológico, pero uno también podría agarrar una película de sectas y hablar de un grupo de personas siniestras que en fondo también responden a un adoctrinamiento siniestro. ¿Por qué piensan que lo que están haciendo está bien? Me interesa investigar qué pasa ahí.

 

Conoce más sobre el cortometraje Bestia: Instagram Bestia 

 

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