Entrevista
21/09/2022

Camila Gutiérrez: Ni la música me consuela

Luego de 6 años del lanzamiento de No te ama, la escritora chilena Camila Gutiérrez vuelve con su nueva novela Ni la música me consuela. Conversamos con ella sobre supersticiones, sus referentes literarios y no tanto, sobre exponerse a través de la escritura y Only Fans.

 

 

Llevaba tres años trabajando en una novela cuando decidió abandonar ese proyecto, donde lo único que se salvó fue el título. Luego de ese proceso, comenzar de nuevo fue un proceso duro. “Estaba súper bloqueada pero también muy temerosa. Era cierto temor a que me quedara como el hoyo, cierto temor a que no he publicado en tanto tiempo para que más encima me quedara mal y dijeran “para eso se demoró””, dice Camila Gutiérrez Berner, autora de las novelas Joven & alocada (2013), No te ama (2015) y Ni la música me consuela (2022).

 

En su última entrega nos cuenta la historia de GG, quien se va a Nueva York a hacer un magíster. Es ahí donde, junto a su gato y sus roomies, intenta sobrevivir diariamente a una angustia que la tiene tomada del cuello y no sabe de dónde viene. Una novela marcada por las huellas de una infancia evangélica, las supersticiones, la muerte que ronda de manera impredecible y las elecciones que toman las personas en sus momentos de mayor crisis. Esta última fue una de las temáticas que más le costó abordar a Camila: “con el pasar de los años y yo misma estando en períodos muy oscuros o muy deprimida, que es de lo que surge la novela, entendí que alguien se pudiera hacer religioso, entendí que alguien pudiera leer autoayuda todo el día”.

 

Truncada, truncada

 

Entre las temáticas que se trabajan con más fuerza en Ni la música me consuela, están las supersticiones. Camila Gutiérrez no se caracteriza por ser una persona supersticiosa, pero en ese periodo de su vida “estaba supersticiosa en torno a todo”. En la novela, vemos como GG se obsesiona con la figura de un Buda, causante de todos sus males y a quién debe alejar o destruir. Esta experiencia no fue muy distinta a la que la joven escritora vivió en su paso por Nueva York. Una de sus profesoras del magíster le plantó una nueva angustia al decirle, en relación con el proyecto de libro que terminó desechando, ““esta novela nació truncada”. Yo quedé como: “conchatumadre, me está diciendo que nació truncada, cagué”, y trataba de escribir y escuchaba la voz de esta señora que decía truncada, truncada. No sé si en el fondo me costaba distinguir si tenía razón o realmente yo sentía que estaba un poco maldita por esta cuestión. Sentía en ese momento que cada vez que iba a escribir algo pasaba”. Haciendo entonces más apocalíptica la idea de escribir, terminar y publicar esta novela.

 

Sumado a eso, Camila reconoce que empezó a suceder un fenómeno que no se esperaba: ya no la reconocían como escritora. Pasó de ser Joven y alocada, la encarnación del personaje de su película y libro homónimo, a que “la gente en la calle a veces me saluda y me dice “buena El Amor Según”, y la cagó, nadie me dice que soy escritora”. Volviendo cada vez más urgente entrega su novela.

 

 

¿Cómo lo hiciste para superar la presión de tener que entregar el libro?

 

Tuvo su nivel de trauma porque estaba aterrada de no terminar. Más allá del contrato con la editorial era una cuestión conmigo misma. Me acuerdo una vez que ya era tal la desesperación de la editorial que mi editora me llamó y yo me estaba metiendo a la ducha. Le dije “me estoy metiendo a la ducha”, y me respondió “no importa, vamos a conversar”, y yo con una mano afuera y la otra mano en la ducha. Ahí pensé: “realmente hay que terminarla”.

 

 

¿Y eso fue hace mucho?

 

– Puede que haya sido el año pasado. Siempre decía “en dos semanas más, en dos semanas más”, y me lo creía de alguna forma. No es que estaba tratando de chamullar, pensaba que en dos semanas algo iba a resolver, pero me sentaba y era como: ¿qué hago?

 

 

Uno de los recursos que tuvo que utilizar Camila para poder terminar su novela fue consultar uno de sus textos de cabecera: Fracasar mejor de la escritora inglesa Zadie Smith. En ese ensayo, la autora propone la tesis de que, si vas a hacer que algo funcione o no, hazlo de tu manera. “Yo sentí de alguna forma que estaba haciendo algo en mi ley. En ese sentido, obviamente quería triunfar mejor, pero pensaba “esta wea me gusta”. Ahora, que yo diga que me gusta no significa que esté bueno, pero estaba tranquila”, apunta. Fracasar mejor es uno de los textos que la propia Camila recomienda a las personas que toman sus talleres de escritura autobiográfica.

 

 

El Amor Según: Ni la música me consuela

 

Otro de los proyectos en los que ha estado trabajando Camila Gutiérrez es en el programa de radio El Amor según, donde cada miércoles analiza junto a su hermano Vicente cuál es la forma de amar de distintos artistas. Es por eso que no es de extrañar que un grupo de canciones la acompañase a la hora de vivir los hechos que aparecen en la novela. Estas son Sina de Djavan, Hijos del peligro de (Me llamo) Sebastián, todo el disco Estilo Libre de Gepe, Intentarlo todo de nuevo de Alex Anwandter y Marginalia II de Gilberto Gil y Caetano Veloso. “No tienen una justificación tanto en la tristeza. Siento que cuando las canciones no te dan calma, pasa que te raspan. No sabría explicarlo bien, pero siento que de alguna forma te raspan el corazón, porque tiendes a sentir que es algo que te debería estar haciendo feliz, pero no. Eso me pasa, es como si tuviera una herida, pero se acerca más a como que te estuviera raspando el corazón”, comenta.

 

Es que la música no es indiferente cuando hablamos de esta novela, si hasta en su título se hace referencia a ella. Aunque la explicación no hace un guiño a una experiencia que se retrata en el texto en sí, viene del pasado religioso de Camila. Está basado en una de las conclusiones a las que llegó al leer la historia de Saúl en el Antiguo Testamento, a quien Dios decide nombrar el primer rey de Israel. En pocas palabras, Saúl parte siendo un buen monarca hasta que no cumple una profecía que le envió Dios, cuya reacción es castigarlo con “el espíritu maligno” que llegaría a turbarlo. Nadie más que David, quien luego mataría a Goliat, podía sacarlo de ese estado. Su forma de hacerlo era a través de tocar su arpa, a lo que Dios vuelve a castigar a Saúl nombrando a David como el nuevo rey. Ahora ni el arpa de David lo calmaba.

 

“Ahí nunca dice “ni la música me consuela”, no lo dice textual, pero era una historia que me llamaba la atención de chica y me ponía súper del lado de Saúl. Lo entendía mucho, aunque no tuviera tanta claridad sobre el suicidio. Entendía lo que era suicidarse, pero no era una reflexión grande que tenía. Me acuerdo que estaba un día pensando y dije “oh, ni la música lo consuela”, y ahí pensé en “ni la música me consuela, lo más terrible que le puede pasar a alguien”. No es lo más terrible que te puede pasar en la vida, pero cuando estás en la caca, que la música te turbe es una cuestión terrible”, asegura Camila.

 

 

¿Cuáles fueron tus referentes a la hora de escribir Ni la música me consuela?

 

Para esta novela definitivamente Julieta Venegas, que está en el epígrafe. Esa canción era muy, muy importante porque me parecía que encerraba dos cuestiones que son cruciales para el libro. Una, se llama Otra cosa y habla del principio de un amor. Mi novela no es de amor romántico pero bueno, es trasladable igual. Habla del principio de un amor, de hecho, en un momento dice “una historia que sea real como ninguna antes”. Por otro lado, creo que mi libro es súper como de la fe en un nuevo comienzo: llego a otro país, voy a ser una persona nueva, esa fe. Así mismo, está la cuestión de cómo resisto esta belleza, que me llamaba mucho la atención porque siento que es algo muy Julieta Venegas, que es hacer pasar colado algo que puede resultar muy triste bajo una especie de ilusión de felicidad. La canción es súper así, parece una canción súper feliz, pero no lo es tanto. Me es muy llamativo el verbo resistir, porque resisto no es un verbo usualmente feliz, o sea, te estás defendiendo un poco de la belleza. Y luego dice ¿cómo domino esta certeza?, entonces está en una especie de vaivén entre la felicidad y el pánico –al menos para mí–. Quizás Julieta Venegas piensa otra cosa, pero para mí, si la infelicidad va a llegar, va a llegar. Entonces ¿cómo me defiendo de esto? No hay respuesta a esa pregunta, no es que Julieta Venegas llegue y lo responda en la canción, enuncia la pregunta nomás.

 

 

¿Dónde te cuesta mostrarte más sin tanta edición, en la escritura, o ahora que estás trabajando en Only Fans? ¿Dónde te cuesta más poner el límite?

 

– Creo que en el Only Fans los límites de la incomodidad son bastante claros, o se empiezan a hacer bastante claros en un momento. Con la escritura es más difícil. Siento que mi primer libro Joven y alocada tiene que ver con el fracaso de las relaciones impuestas, el segundo libro tiene que ver con el fracaso de las relaciones amorosas, y este tercer libro tiene que ver con la amistad, pero también cuando uno dice “bueno, ahora soy yo conmigo”. Creo que mi personaje es medio inocente, y diría que hasta medio tonto, y ese era mi mayor pánico, dejarme como tonta. Porque claro, me dan lo mismo las categorías, pero uno sabe que la lectura de un relato que se presenta como autobiográfico o de auto ficción cae inevitablemente en la idea de que todo es verdad, de que esa persona es así. Pensaba “quizás ahora soy menos tonta”, no lo sé, quizás soy igual de tonta, igual de inocente. Pero eso era lo que más me costaba soltar, más allá de lo que me pasaba antes en los otros libros donde había escenas de sexo, que en este no lo hay.

 

Ya anunciaron junto a Vicente que se viene el lanzamiento del libro de El Amor Según, pero ¿tienes ideas para tu próxima novela?

 

– ¿La mía? Estoy pensando porque igual quedé un poco aterrada de la novela, necesito mi tiempo todavía.

 

En seis años más se viene otra entrevista.

 

No, jamás me voy a demorar tanto. Uno, porque no quiero hinchar a mis amigos, y dos, no quiero volver a hacer el spam que he hecho ahora, que tiene que ver con todo lo que me demoré. Lo voy a seguir haciendo en todo caso, pero creo que nadie merece que esté tan odiosa en Instagram.

 

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