La fotografía de moda se puede ver como un «paisaje». No como un paisaje natural o arquitectónico, sino que un escenario compuesto por su propio lenguaje en el que convergen distintas disciplinas que buscan controlar o darle orden a un resultado. Frente a esto se proponen tres paisajes distintos: el exterior, el interior, y los sueños. El exterior es lo que podemos observar en la vida real, el interior son aquellas imágenes que creamos en nuestra mente cuando estamos despiertos imaginando, y el onírico está en nuestro subconsciente y en los sueños. Estos tres paisajes contienen su propio lenguaje, colectivo y personal, componiendo así nuestra identidad como artistas.
El control y orden, acciones y potencias humanas, no son más que muletillas para lograr un resultado previsto, una ilusión donde los reales protagonistas debiesen ser el juego y la exploración que acompañan al caos. Entendamos que la vida no se controla. La fotografía de moda va más allá del simple hecho de fotografiar prendas o accesorios (entendiendo su esencia), pues es usar la moda como una excusa para generar nuevos «paisajes», en un espacio y tiempo lúdico donde el juego con el estilismo, maquillaje, pelo, uñas, arte, luces componen una performance registrada. Atmósferas y escenarios, que nos re-conecten con nuestra potencia creadora infantil, harán de la moda un diálogo con el misterio, con nuevos sueños, preguntas y tensiones.
Esta editorial llamada Paisajes busca plasmar distintas situaciones en las que se encuentra Luciano, un chico perdido dentro de sus paisajes. Encontrándose en situaciones difusas con elementos surrealistas y momentos saturados.