Ser humano es obsoleto, el futuro es transespecie - Galio
Entrevista
13/12/2022
Entrevista: Diego Ignacio Ramirez
Entrevista: Diego Ignacio Ramirez
13/12/2022

Ser humano es obsoleto, el futuro es transespecie

 

Manel De Aguas (alias de Manel Muñoz) es un artista, productor musical, cantante, performer, activista y… transespecie. Y es que el barcelonés se ha sometido, desde el año 2017, a diferentes adiciones tecnológicas con la intención de ‘oír’ la humedad, temperatura y presión de la atmósfera. Una idea que finalmente concretó en 2020 en Tokio, donde un cirujano sin la mirada ortodoxa de los médicos de occidente le implantó dos implantes transdermales para conectar dos aletas cibernéticas a la cabeza.

 

La siguiente es una conversación entre un humano y un no-humano, lo que sea que signifique ambas etiquetas en el 2022.

 

D: Hola Manel, ¿cómo estás?

 

M: Hola Diego, bien, gracias.

 

D: Tengo mil dudas y tú poco tiempo, así que entremos de lleno. Al investigar sobre ti me costó entender la diferencia entre cyborg y transespecie, ¿podrías explicarme?

 

M: Claro, “Transespecie” es alguien que no se identifica 100% con la especie humana o alguien que se ha añadido al cuerpo órganos y sentidos que no son tradicionalmente humanos. En cambio “Cyborg” es alguien que identifica la tecnología como parte de su identidad o alguien que ha añadido a su cuerpo elementos cibernéticos.

 

D: ¿Y cómo te identificas tú?

 

M: Con ambos, pero mis referencias para mis implantes han sido la naturaleza y los animales, por lo que prefiero usar el primero porque tiene una carga menos tecnológica.

 

D: ¿Cuál es el límite al hablar de tus implantes?

 

M: La verdad yo no me corto, quizás si me preguntan intimidades a tono de chisme o burla probablemente no responda. Yo vivo esta experiencia de manera muy natural y eso me permite ofrecer una idea a las personas que sea transparente y comunicativa.

 

D: ¿Podrías explicarme qué hacen exactamente tus prótesis?

 

M: Mis implantes tienen forma de aletas, son una oda al mar. Gracias a ellos siento la atmósfera como una especie de mar en la que los humanos estamos sumergidos, un mar de aire. Y cuando sube la humedad en mi cabeza se escuchan burbujas, muy cercano a cómo me sentiría si estuviera hundido.

 

D: ¿Has sufrido algún tipo de rechazo o discriminación?

 

M: Al principio muchos amigos cercanos me interrogaban y, en ese momento, no estaba preparado para dar todas las respuestas, en especial porque todo el proceso fue de manera muy intuitiva. Al principio del proceso puedo decir que uno de los problemas era más bien interno, de autoestima, porque pensaba que no iba a ligar tanto [ríe]. Al final yo estoy siguiendo mi corazón hardcore pero esto claramente ha afectado mi vida sexual…Aunque ahora lo siento más como un filtro porque estoy relacionandome con personas más tolerantes, con las que conecto muy bien.

 

 

 

D: ¿Corre riesgo tu salud?

 

M: Yo siempre digo que las prótesis son un arte de riesgo, el cual puede traer complicaciones físicas y psíquicas, por eso antes de implantarse cualquier cosa tienes que pasar muchas pruebas. De hecho, mis aletas aún no están completamente implantadas y sigo trabajando en ellas después de 5 años. Esto es un arte de garage que luego va regulandose con médicos y cirugías, pero es todo muy do it yourself.

 

D: ¿Sientes que este proceso te ha llevado a ser un activista sobre el tema transespecie?

 

M: Creo que el proyecto en sí es político, porque a través de las charlas y entrevistas he podido poner sobre la mesa la existencia de la identidad transespecie y las dificultades que este tipo de personas podemos tener en el día a día. A mi me echaron del trabajo en un museo de arte contemporáneo por mis aletas, aún cuando no afectaba en ningún sentido mi desempeño.

 

D: ¿Y sientes que este activismo puede compartir valores con otros movimientos sociales?

 

M: Creo que el movimiento transespecie se puede vincular con el transgénero, porque muchas de nuestras experiencias pueden ser compartidas, ya sea con los cambios burocraticos y legales de identidad o la batalla que significa aparecer con tus nuevos organos en la foto del carnet. Pienso que toda la forma de entender el cuerpo, que no está anclado a la identidad y que no dependen de un cambio físico para identificarse como algo más, son ideas que comparten el transespecismo y el movimiento transgenero. Pero el transespecismo también comparte cosas con el movimiento animalista, ya que es una revolución contra el antropocentrismo, el cual nos aleja de las otras especies y la naturaleza, mostrando al ser humano como superior. Por esta razón, mi lucha se inspira en las especies no humanas, implantandome órganos cibernéticos que me acercan de alguna u otra forma a los animales, rompiendo así la burbuja humana en la que se me ha obligado a nacer. Lo que busco es cuestionar todo lo humano. Esa también sería la diferencia entre el transespecismo y el transhumanismo.

 

D: ¿Cuál sería esa diferencia entre el Transespecismo y el Transhumanismo?

 

M: El transespecismo habla desde el agregar nuevos sentidos y órganos, con o sin tecnología, siendo el fin ‘explorar’ nuevas capacidades y no ‘mejorar’. Mientras que el “Transhumanismo” habla de la mejora de la especie a través de la tecnología, denotando con ello una jerarquía entre las especies, donde los humanos son menos que los transhumanos por no tener tecnología. Yo defiendo el transespecismo porque no creo que un sentido o capacidad sea mejor o peor que la otra, solo es diferente. El transespecismo tiene una filosofía eco-céntrica mientras que el Transhumanismo sigue siendo antropocéntrica.

 

D: ¿Qué resultados esperas con tu proyecto?

 

M: Este proyecto lo hago por mí, no lo hago para el mundo, no es para mejorar nada. El único cambio positivo que espero es que la gente comience a aceptar lo diferente, que sea más inclusiva. Hay gente que se lo toma muy personal, que yo me haya implantado algo significa para ellos que estoy tratando de controlar el futuro de la especie humana, o sea relájate. Sí, estamos explorando posibilidades con nuestros cuerpos pero esta es una decisión propia, aquí no estamos implantando cosas a la gente en laboratorios. Yo abogo por que la gente tenga el poder del conocimiento, de que hay ciertas cosas que sí son posibles de hacer, pero al final del día cada uno es libre de escoger si quiere o no añadir tecnología a su cuerpo. La decisión de una persona no va a cambiar la dirección de una especie, a no ser que todo un grupo lo haya decidido, y eso va más allá de mi implante.

 

D: ¿Crees que hay un límite ético a la hora de implantar ‘nuevos sentidos’?

 

M: Para mí el límite ético es no modificar a otra persona o especie que no seas tú. Este es un proceso personal, yo decido qué poner en mi cuerpo, por lo que si tengo un hije no le voy a implantar nada si elle no quiere. Elon Musk, por ejemplo, utiliza cerdos para probar tecnología y yo solo pienso que se lo implante él mismo, si tanto quiere probar nuevas cosas que le pida a sus fans que se modifiquen, no a seres que no han decidido.

 

D: ¿Sientes que este proyecto te ha afectado de maneras que no tenías contemplada?

 

M: Definitivamente, luego de los implantes comencé a sentir la necesidad de hacer música, porque la experiencia de este nuevo órgano es sonora, así que la mejor forma de expresar lo que siento es a través de la música. El hecho que pueda sentir la humedad del ambiente me ha llevado incluso a comprender los gráficos del tiempo como partituras.

 

D: ¿Te has arrepentido alguna vez de tus implantes?

 

M: No te voy a mentir, ha sido duro en momentos, me he hecho la vida más difícil y he tenido que aprender a aceptar mi expresión de especie, pero… jamás me he arrepentido.

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