Editorial
29/03/2023
Producción: Galio Estudio Dirección Creativa: Nastassja Barbieri Fotografía: Pepo Fernández Asistente fotografía: Rodrigo Parada Estilismo: Dominga Valenzuela Asistente Estilismo: Emiliana Montes Maquillaje: Francisca Mellado Asistente Maquillaje: Diva Castillo Artistas: Akatumamy, Kuina, 22ruzz, Sofía Pululosz, Kya, Akriila Texto: June García Ardiles Agradecimientos: Ultra Estudio
Producción: Galio Estudio Dirección Creativa: Nastassja Barbieri Fotografía: Pepo Fernández Asistente fotografía: Rodrigo Parada Estilismo: Dominga Valenzuela Asistente Estilismo: Emiliana Montes Maquillaje: Francisca Mellado Asistente Maquillaje: Diva Castillo Artistas: Akatumamy, Kuina, 22ruzz, Sofía Pululosz, Kya, Akriila Texto: June García Ardiles Agradecimientos: Ultra Estudio
29/03/2023

Seis mujeres artistas que están sorprendiendo la escena musical chilena

Para todas, la música siempre estuvo ahí: como un interés desde niñas, algo cotidiano en sus hogares, un escape o un refugio. De a poco esa motivación se fue volviendo más seria y real; un llamado que no pudieron dejar desatendido porque venía a remover algo mucho más profundo.

La escena musical chilena se ha mostrado en los últimos años como un lugar lleno de diversidad y talento. Mes a mes nos deleitamos con nuevas canciones que acompañan nuestros viajes en micro o las fiestas, y cada vez nos enorgullecemos más de lo que distintos chilenos y chilenas están logrando con sus carreras artísticas.

Conversamos con seis mujeres que están sonando fuertemente con su música, muestra de la creatividad y coraje de las nuevas generaciones. Con muchas ganas de poder dedicarse a la música, han entendido la relevancia de acompañarse y apiñarse, y así poder hacerle frente a una industria que no deja de ser hostil para las artistas jóvenes. Desde distintos géneros, cada una se para con seguridad en sus escenarios y tienen mucho que contar aún sobre sus proyectos. Akatumamy, KUINA, 22ruzz, Kya, Sofía Pululosz y Akriila, nos abrieron un pedacito de su historia.  

Akatumamy

Hace mucho tiempo quería hacer música, escribía igual, ya había escrito un par de canciones antes, pero por vergüenza y miedo, nunca me lancé. Una vez fui a un estudio de grabación y fue una mala experiencia por el productor; me hizo sentir chica, como tontita, entonces nunca más probé. El 2020 llegó la pandemia y me descargué una aplicación que se llama Voloco, que armoniza, te pone tune y te deja la voz bacán, me la descargué para jugar, estaba aburrida y al final salió un tema, lo subí a SoundCloud y le fue bacán. De ahí saqué mi segundo tema, Agresiva, y ahí reventó. Me empezaron a llegar muchas oportunidades laborales, entrevistas, sesiones de fotos, muchas cosas de un momento a otro. Empecé a ver posibilidades de que podía vivir de esto, pero todo muy orgánico, muy de a poco, jamás pensé “oh me voy a dedicar a hacer música”; antes era maquilladora y estudiaba cosmetología y sí, me gustaba, pero nunca me había sentido tan feliz como en la música. Yo siempre pensé que no era buena para nada, nunca fui brillante en el colegio, ni la de las mejores notas. Me gusta mucho dibujar o escribir, pero no era algo que me llenara tanto como para decir “ya, nací para esto”. Entonces en el maquillaje me estaba yendo bien, pero tampoco me sentía satisfecha.

Mi proyecto musical ha ido mutando con el tiempo, al principio sentía que tenía la obligación por ser mujer, de cantar sobre ser mujer, creo que eso me ayudó mucho a descubrirme, como ese proyecto más desde el amor propio. Todo mi trabajo ha sido pensando en el reggaetón, es lo que me gusta escuchar y hacer. Con el tiempo ha cambiado mi visión de lo que quiero hablar en la música, del mensaje que quiero entregar y cómo me quiero mostrar a las personas, ya no es solamente desde el amor propio o sobre ser mujer. Ahora trato de plasmar en mi música sentimientos genuinos, ser real en sentir, como “esta soy quiéranme o no”. Me gusta mucho el reggaetón experimental, probar sonidos nuevos, experimentar ya sea en flows de voz, de letra, y también de composición.

Rosalía, Bad Gyal y Nathy Peluso son mis referentes femeninas más presentes, pero también hay algunas más antiguas como Bebé o Myriam Hernández, que me inspiran mucho. También Miley Cyrus y Christina Aguilera, no las ocupo tanto como referentes directos, pero sí para sacar cosas.

De todo el proceso, lo que más me gusta es escuchar la canción terminada. Disfruto mucho escribir, pero igual el proceso es estresante, para cualquier artista siempre está la frustración, pero es un proceso y hay que entenderlo. Así que sí, escuchar mi música es lo que más disfruto, soy muy fan mía.

Siempre me llamó la atención la música, desde muy chica, me cuenteó Hannah Montana, soy de esa generación. En el liceo me atraían mucho las batallas de rap y siempre quise ir, pero me daba demasiada vergüenza y después empezó a evolucionar. Hacía música con mi ukelele, solo para mí, pero después me cambié de liceo y conocí a unos cabros que se grababan con el teléfono, pasaban el archivo al computador, y con pistas de YouTube armaban canciones. Así empecé a grabar, después compramos un micrófono y fui aprendiendo.

Soy de Lautaro, me vine a Santiago hace un año y medio solo por la música. Un amigo productor me dijo “oye, por qué no vienes a pasear, a ver un show y yo presentarte amigos que hacen música”, así que viajé, conocí a todos y no me quise ir más. En realidad allá no se mueve para nada el ámbito artístico en comparación con Santiago, acá todos los días tenía algo para hacer y yo siempre tuve muy claro que quería vivir de la música. En Santiago redescubrí mi música, lo que quería hacer con mi personaje y por eso igual decidimos el cambio de nombre y ahora es KUINA. Primero me busqué una chapa para el grafitti, era CUIN, después cuando quise sacar música, sentía que la K era más imponente, la sentía más poderosa.

Me gusta mucho hacer trap, así como más hard, pero igual disfruto mucho el pop, los sonidos más tech, el deep house, todas esas cosas más electrónicas me llaman la atención y quiero experimentar con eso. Dentro de mi música me gusta hablar sobre los sentimientos que he tenido y que tengo; siendo una persona que es de fuera de Santiago, mis canciones hablan mucho sobre el sur, el lugar de donde vengo, sobre mi familia. No hablo tanto de amor en mis canciones o de tristeza tan plana, me gusta tocar temas más específicos para que sean bien personales. Me inspiro mucho en Eminem, Dillom, Billie Eilish, me encanta la Rosalía, Leïti Sène es de los artistas que más me gustan y Miley Cyrus, totalmente.

Estoy interesada en trabajar el tema de los alter egos, saqué hace poco un EP que era full KUINA. KUINA es una creación de Leonora Laffont, que es otro personaje, es más sentimental, en cambio KUINA es más un monstruo enojado. Ahora estoy haciendo un EP de cartas de Leonora Laffont que hablan de los mismos temas que tengo siempre, pero KUINA lo hace de un lado más furioso, más molesta y Leonora Laffont es más desde la tristeza, desde lo íntimo.

Para el futuro me gustaría mucho llegar como hacer la cara del Sur, que todo el mundo sepa que vengo de allá, que vengo de un pueblo. Y que mi carrera no solamente se quede en Chile, poder internacionalizarme, estar nominada a premios internacionales.

La música siempre fue parte del cotidiano, me metí en el hip hop y estuve muy cercana a la calle. Harta soledad hizo que la calle fuera un espacio de búsqueda, y si bien, empecé a rapear en el colegio, después conocí el grafiti y me discipliné en eso, fue donde yo emplee todo mi énfasis y a la par también continué haciendo rap. Fui parte de una organización rapera en Peñalolén y me congenié mucho con lo que era el hip hop. Escribía mis letras y empecé a rapear en tocatas, había gente que se sabía temas míos, solo por escucharlos ahí, así que empezar a hacer música fue algo súper orgánico. Igual 22ruzz es el resultado de la decisión de mostrarme, de exponer algo que siempre estuvo pasando.

El grafiti, la música y la calle me conforman como persona. Mi rap es muy verídico, de cosas que yo he visto, vivo o vive mi gente. Esas experiencias se fueron dando en la calle, porque el grafiti es de la calle. La base de mi personaje de rap, es que yo fui una grafitera estricta, asó que mi vivencia del grafiti fue mi vivencia de la calle también, y eso la conformó harto el hip hop.

Defino mi género musical como rap fusión, porque yo me siento rapera, mis influencias son raperas y a mí me gusta rapear, cuando formo canciones las pienso en rap. Igual he hecho reggaetón y en el EP que saqué, se ve una fusión como baterías de trap, samples de sonidos latinos, toques brasileños, no es un rap clásico y creo que por lo mismo a la gente le ha gustado, porque te refresca un poco y me gustaría seguir en esa senda. Quiero experimentar hartas cosas, ahora estoy justo en una faceta de trabajarme más en un rap estrictamente rapero, más tradicional, pero siempre va a estar ese aire de fusiones.

Lo que más abunda en mis canciones son la calle y las emociones. Soy muy sentimental. Mi EP tiene varias facetas emocionales: hay una súper fuerte, canciones muy empoderadas en las que yo me presento como una persona que está ahí y que sabe de lo que está hablando, pero también hay otras que dicen que quisiera que fuera otra la realidad, también nostálgica. Harta pena igual, me inspira caleta la tristeza para poder escribir, y rabia también. Pero además mucho placer, placer de hacer lo que estoy haciendo. Yo la paso muy bien rapeando y si bien no es explícito, también hay mucha alegría y confortabilidad en mi rap.

Tengo muchos referentes: Kendrick Lamar, Princess Nokia, IAMDDB, Kali Uchis, Fátima, Little Simz, que es una rapera brígida, me encanta su estética. Gata Cattana y Sade son de mis fundamentales. Me inspira mucho la salsa, el poder que le ponen, cantan felizmente sobre la tristeza. También la música que estuvo en mi infancia, las trovas como Silvio Rodríguez, la bossa nova, la samba.

Lo que más quiero es que la chispa creativa y de inspiración no se apague, que la presión de estar exponiéndome no crezca más que mi pasión por esto. Ojalá que la música me permita viajar y conocer, no sé si puedo decir que quiero vivir de esto, si se da, lo agradezco y va a ser bacán, pero lo que más quiero es tener inspiración y poder seguir haciendo canciones que me inspiren a mí y a la gente, eso es lo que quiero en verdad.

Trabajaba en una heladería y me invitaron a una fiesta después de la pega, en un club y me gustó mucho así que decidí buscar trabajo ahí. Estuve de cajera, era la que marcaba los tickets en la entrada. Habían días en que los DJ se atrasaban o se atrasaban las personas que tenían que conectar los cables, así que me enseñaron a conectar todo y un día me dijeron “oye, ¿tú puedes parchar 10 minutos?” y así empecé tocando. Me gustó mucho, así que le empecé a dar más y más. Después fui tocando en otros lugares más bacanos. Aprendí con mis amigos que trabajaban conmigo en el club, me empezaron a mostrar cómo se hacía y descargué los programas en mi computador, comencé a investigar y fui probando harto. Partí tocando house y después los breaks, que fue lo que me cambió la vida, dije “ya, esto lo toco para siempre, este es mi flow”.

El estilo que más me encanta hacer son los breaks, me encantan, me dedico a eso. Tengo un programa que se llama “viernes de breaks”, en la radio comunitaria de Hong Kong, en China. Fui a tocar a la Lower Grand Radio en Estados Unidos y presenté el viernes de breaks, le gustó mucho a la gente y ahí lo empecé a mandar a más lugares hasta que me quedé tocando para esta radio en Hong Kong.  

Actualmente produzco mis tracks, cuando me toca un evento más grande o especial me gusta lanzarlo en esa fiesta junto con mis DJ sets. Mi próxima presentación va a ser un vídeo grabado con el sello Making Moves.

Para el futuro me gustaría ser una pionera en la ingeniería de sonido, expandirme en el rubro siendo internacional con más mujeres. Estoy estudiando eso y solo tengo una compañera. Se mezcla bien la ingeniería en sonido con ser DJ, al principio yo no me sabía enchufar bien o hacer ciertas cosas para las que necesitaba ayuda de otras personas, pero ahora puedo hacerlo todo sola, esa fue una motivación para mí.

Kya

A Kya yo la encontré el 2019, estaba estudiando pedagogía básica y congelé mi carrera porque necesitaba entender dónde estaba parada. Yo sabía que la música era una pasión de siempre y no la estaba siguiendo. Fue justo para el estallido social en donde yo creo que todos teníamos las emociones muy a flor de piel y yo me yo me refugié en la música, ahí encontré a Kya. Empecé a escribir mi música y a querer llevarlo más allá, a mostrarlo, a grabarme y a principios del 2020, a lanzarla.

Para mí Kya simboliza todo. Como Macarena crecí con mucho miedo frente a una sociedad que te dice qué tienes que hacer y cómo tienes que actuar, y Kya fue una voz revolucionaria dentro de mí. Independiente de los cánones de belleza y los patrones de cultura, Kya hace lo que quiere y lo dice todo. El nombre nace del concepto del ser mía, me gusta mucho el concepto de pertenecerme a mí antes de pertenecer a cualquier otra persona, pero no me iba llamar Mía porque estaba muy repetido, así que probé con las letras de mi nombre y ahí quedó Kya. Es el lado más mío que tengo.

Me cuesta definir el género de mi proyecto musical porque no me cierro a nada. Si bien partí haciendo cosas un poco más urbanas, hoy en día estoy haciendo pop y mañana podría estar haciendo salsa o cueca. Me defino por no definirme en un género por ahora, sino más bien en la propuesta y el mensaje que quiero entregar, quiero hablar de sentimientos reales. Mi propósito haciendo música siempre ha sido que la gente sienta lo mismo que yo siento cuando escucho la música, que sea un refugio y quiero que mi música pase a ser algo que realmente acompañe.

Los géneros con los que crecí son de mis grandes referentes, el R&B, el pop, todas las divas del pop han sido inspiración para armar mi identidad en el escenario, me gusta el concepto de ser una show woman. También siempre voy a sacar la influencia latina que la heredo de mis papás, la Nueva Canción Chilena, Violeta Parra, Víctor Jara, Inti-Illimani, son referentes importantes al momento de componer y pensar el mensaje que quiero transmitir.

Me gusta mucho componer porque es algo que necesito como artista, pero cuando compongo pienso en el show, cuando escribo una canción pienso “y esta parte ¿cómo la va a recibir la gente? ¿Qué parte voy a querer que canten?”. Para mí el show es el momento en donde el artista vuelva a ser suyo su arte, es el momento en donde les recuerdo que yo hice esa canción, cuando me ven cantándoselas con cierta emoción. Para mí es la parte más emocionante porque les puedo mostrar mi materia prima.

Siento mucha cercanía y una gran conexión con todas las chicas que estamos haciendo música emergente. Ya hemos generado una gran comunidad entre nosotras, nos apoyamos y nos dimos cuenta que como piño nos hacemos ver más, nos potenciamos las unas a las otras.

Mi sueño es llegar a cantar en el Estadio Nacional y para poder llegar a lograr eso quiero viajar por todo Chile y cantar en regiones, que la gente me conozca, que descubran nuevos lados de Kya conmigo y seguir haciendo música que me guste, creo que eso es lo que más me importa.

En cuarentena fue cuando dije: “me gusta tanto la música como para dedicarme a esto como un trabajo más que un hobby”, quería indagar mucho más allá y así empecé. Le compré una pista a un amigo y le puse voz, se lo mandé a alguien, me lo mezcló y ahí empecé a sacar temas. Yo seguía en el colegio e igual me daba vergüenza como subir las canciones, pero fue como “ya filo, si lo voy a hacer que sea ahora”, estaba en tercero medio y en los años de la pandemia saqué tema tras tema y los anunciaba por redes sociales, pero muy under.

Pasó a ser algo más profesional en el momento en el que se abrieron las puertas para hacer shows nuevamente, tenía reproducciones, la gente me esperaba si era de las últimas en tocar, gritaban los temas. Me empezaron a llegar tratos, gente quería trabajar conmigo, personas que yo admiraba me escribían, entonces ahí dije “ya, me tengo que profesionalizar”. Salí de cuarto y me tomé el año, este es mi segundo año tomado y no creo que en algún momento vaya a estudiar.

Lo que define a mi proyecto musical es la versatilidad, puedo estar sacando un trap hard y después puedo cambiar a algo súper suave y de alguna forma la gente lo va a sentir igual de único. A mí me encanta el trap, yo me casaría con el trap, pero también quiero experimentar e irme por otras ramas para encontrar un sonido. Al final eso es lo que estoy tratando de buscar ahora, algo realmente único y experimentar. Eso es Akriila, la versatilidad lírica.

Dentro de mis referentes, musicalmente me gusta mucho Clairo, es de mis artistas favoritas, junto con Leïti Sene. También Arca, encuentro que es increíble, me encantaría ser como ella, siento que es la raíz de muchas cosas. Me encanta el personaje de Tokischa y el proyecto de Rosalía.

Me imagino más que en un proyecto musical, en un proyecto artístico, quiero ser escritora y me gusta mucho el mundo de la moda también, estoy aprendiendo a coser ahora. Me gustaría que en un futuro mi proyecto fuese de cantante y también que la gente me conozca en otras áreas, poder sacar una colección de tazas hechas de cerámica por mí y al otro día un mixtape. Quiero representar que soy una persona que le gusta el arte, me gusta la música solo un poquito más, pero muy poco, a mí me gusta todo y eso es algo que quiero demostrar este año. Quiero sacar pronto un poemario y ojalá otro a fin de año, quiero tomar clase de cerámica y también aprender a coser, no sé si tenga una marca pero me encantaría hacerme mi ropita. También me dio la cosa y me encantaría ser DJ, quiero ser como Arca. Ojalá yo lea esto a fin de año y diga: “bacán lo cumplí”.

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