Lapiel x Alicia Arriado - Galio
Editorial
22/08/2023
Marca: Lapiel Fotografía: Rocío Mascayano Estilismo: Santiago Herrera Maquillaje y Pelo: María Paz Urra Modelo: Coco Asistentes de Fotografía: Tomazsu, Mica B. Arte: Antonella Guaita Searle
Marca: Lapiel Fotografía: Rocío Mascayano Estilismo: Santiago Herrera Maquillaje y Pelo: María Paz Urra Modelo: Coco Asistentes de Fotografía: Tomazsu, Mica B. Arte: Antonella Guaita Searle
22/08/2023

Lapiel x Alicia Arriado

Lapiel es una marca de sastrería moderna, cuyo nombre surge en torno a una reflexión de la
indumentaria y la piel, dos elementos que están estrechamente relacionados, donde el textil
habita y protege al cuerpo en su diario vivir. La marca emplea saldos textiles fabricados en
Chile en los años 60s, 70s y 80s que actualmente se encuentran en desuso. De esta forma,
Lapiel nos invita a revalorizar oficios vinculados a la sastrería local, abrazar los tiempos de
producción lentos, el uso de materias primas nobles presentes en Latinoamérica y repensar
las reminiscencias de un pasado que arrastramos y que nos obliga a hilvanar futuros
prósperos.

La persona tras este proyecto es la diseñadora industrial Alicia Arriado, quien tras realizar
una serie de ayudantías en cursos de la carrera vinculados al diseño sostenible y la
exploración en textil, comenzó a gestar este proyecto personal, basado en sastrería y
textiles locales. Arriado nos cuenta que Lapiel se está gestando a través un permanente
proceso exploratorio. “Al comenzar a crear indumentaria, fui de tienda en tienda, de galpón
en galpón, puerta en puerta, en busca de fibras de calidad. En este recorrido me encontré
con textiles nobles fabricados en Chile en los años 70s, 80s y 90s. Preguntando me dí cuenta
del valor de estas fibras, por lo que me resultó imprescindible repensar el modelo de libre
mercado que se impusó a mediados de los ‘80s en dictadura: un hecho que afectó
directamente –hasta la actualidad– a nuestra industria local.”

“Al hacer una revisión exhaustiva del cómo se producía y consumía la indumentaria en Chile,
me encontré con un país productor de textiles de altísima calidad, paños de lana, algodón y
múltiples telas que, a fines de los años ‘60s, abastecía más del 90% de la demanda nacional,
donde existía una industria que impulsaba y veía luces en el desarrollo local. Existen
reminiscencias de un pasado que arrastramos y nos obliga a hilvanar futuros prósperos, lo
que nos remite a pensar todas las dimensiones humanas, donde existen necesidades
identitarias, de pertenecer, de expresión y de protección”.

La diseñadora nos comenta que “al mirar, dibujar, hacer, experimentar, tijeretear, me llamó
la atención la estrecha relación entre el trabajo sastrero y el de un cirujano. Las tijeras, las
pinzas, los cortes, los hilos, los puntos, los hilvanes, la delicadeza. Construir una prenda es
ser una suerte de cirujano. De cierto modo, esas paradojas me llaman la atención. Las
prendas que nos acompañan día a día son escamas nacidas y muertas en nuestra cronología
vital, la última capa del cuerpo, la cual delata todo sesgo identitario de la persona que la
usa”.

Arriado comenta que no tiene una fuente de inspiración concreta, sino que generalmente se
inspira en las personas, en el cotidiano. “Cuando se aprende algo, en cualquier área, se
agudiza el ojo. El aprender a confeccionar fue también aprender a mirar, pasear en la calle y
observar, esa es mi principal fuente de inspiración”.

En cuanto a su proceso creativo y el desarrollo de esta colección, Arriado cuenta que “hay
diseñadores que hacen moodboards con imágenes de referencias y les funciona muy bien, a
mi me funciona más el hacer, lanzarme a dibujar, construir los moldes, cortar, equivocarme,
reconstruir y deconstruir. Me atrae la sastrería por su atemporalidad, porque hace más de
un siglo se siguen usando las mismas prendas de uso diario. Esto por sus formas
esencialmente funcionales, pero también me interesa sacarla de su estructura tradicional”.

Sus principales desafíos son abrazar la lentitud y el error.

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