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Hace unas semanas nos visitó Air en Chile, y eso me hizo pensar en cómo, tantos años después de haber visto Las vírgenes suicidas, aún no suelto su soundtrack.
¿Cuántas más en la misma que yo?
Te dejo mis películas favoritas disponibles en MUBI, que, además de ser todas unos exitazos, cuentan con bandas sonoras impecables.
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Hay algo mágico en cómo una canción puede dejar de ser solo música de fondo y convertirse en el recuerdo de un momento, siendo puente entre las imágenes y nuestras emociones. Vi la película Moonlight hace mucho y solo una vez, pero hay una canción, Middle of the World, que cada vez que la escucho me transporta directo a esa escena, al protagonista flotando entre el agua, los rayos del sol y las emociones que yo misma vivía el 2016. Otros soundtracks se han convertido en pequeños rituales para mí y me acompañan de una manera que va más allá de lo que vi en pantalla. Cada mes escucho religiosamente el de Las vírgenes suicidas: etéreo, íntimo, perfecto. Cuando quiero revivir esa nostalgia adolescente o pasarlo bien coreando Decode de Paramore, recurro al de Crepúsculo, y si necesito algo que me ayude a procesar emociones, vuelvo al de Moonlight.
Me di una vuelta por MUBI y les traigo mi selección de películas aclamadas, clásicos contemporáneos o estrenos recientes, con un manejo 10/10 del sonido.
100% una película que deberías volver a ver y si nunca la viste, es tarea obligatoria. Todas las bandas sonoras de Sofia Coppola son un sueeeño, pensemos en la de Lost in translation, Marie Antoinette o mi personal fav, The Bling Ring, pero la de Las Vírgenes Suicidas es SUPERIOR. La directora, conocida por el delicado cuidado a la musicalización de sus películas, se apoyó en el retro-romanticismo de Air para contar la historia de las hermanas Lisbon y crear una banda sonora que coquetea de forma perfecta con lo etéreo, la belleza, la sensación de vacío y la melancolía.
El álbum tiene highlights como Playground Love, donde participa la voz del esposo de Coppola, Thomas Mars, vocalista de la banda Phoenix y colaborador habitual en sus películas.
Esta película, dirigida por Wim Wenders y estrenada recientemente en Mubi, cuenta la historia de Hirayama, quien trabaja en el mantenimiento de baños públicos en Tokio. Amante de la música, guarda una colección de casetes clásicos. Estas canciones suenan principalmente mientras conduce hacia el trabajo, encapsulando su mundo interior y marcando un contraste con el silencio que domina el resto de su día. A diferencia de otras películas, aquí la música no es un fondo melódico que adorna escenas, sino un evento significativo. Para mi, un ejemplo bonito del uso de canciones populares en películas, recurso que nos toca la nostalgia a todos. No te pierdas el momento de Perfect Day de Lou Reed.
Este neo-noir surrealista, dirigido por David Lynch, es de esas películas donde el soundtrack no solo acompaña, sino que lo sostiene todo. La música de Angelo Badalamenti no está ahí para decorar; es lo que da vida al misterioso e hipnótico ambiente de Los Ángeles en la trama: dos mujeres se cruzan por casualidad, investigando un misterio en un juego de sueños y realidad, donde nada es lo que parece. Highlight: la escena del Club Silencio con el track Llorando.
En Voyage of Time, la música juega un papel fundamental. El compositor Ennio Morricone compuso esta banda sonora complementando con una cuidadosa selección de piezas clásicas, incluyendo composiciones de Mahler y Beethoven. Todo esto se une para crear una atmósfera épica que complementa y eleva este viaje multisensorial, mientras reflexionamos sobre el ciclo de la vida, el tiempo y el universo.
Si algo sabe hacer Tarantino es darle personalidad a sus películas con la música, y en este clásico de venganza protagonizado por Uma Thurman nos dejó momentos inolvidables: El Bang Bang de Nancy Sinatra hasta el poder explosivo de Battle Without Honor or Humanity. Mi highlight: La pelea contra los Crazy 88, donde cada sonido está orquestado de forma PERFECTA, y muy rítmica.
Por sueeerte, hay muchas películas de Wong Kar Wai en MUBI. El de In the Mood for Love es uno de los más memorables, que acompaña la historia de dos vecinos en Hong Kong de los años 60, que descubren que sus respectivas parejas les son infieles. El highlight: la canción Quizás, Quizás, Quizás, presente a lo largo de la película.
Si te gustan las historias que se cocinan lento, visualmente hermosas y acompañadas de bandas sonoras increíbles, te recomiendo cualquiera de la colección del director: In the mood for love, Fallen Angels y Chungking Express, son mis preferidas y las vuelvo a visitar cada año.
Tripping With Nils Frahm no es un soundtrack en sí, sino un documental que captura el inicio de la gira mundial del músico alemán para presentar su álbum All Melody (2018). Grabado en el impresionante escenario de Funkhaus en Berlín, nos ofrece una mirada íntima a su proceso creativo, su relación con el piano y la fusión experimental de música clásica y electrónica. Hipnótico.
El debut del director de Moonlight, el soundtrack de Medicine for Melancholy tiene un poco de todo: jazz, soul, indie rock y electrónica. Aquí, dos desconocidos pasan un día juntos en San Francisco, explorando temas como raza, gentrificación y el peso de la conexión humana. En los créditos, las canciones aparecen junto con capturas de las escenas donde se escuchan, lo que me parece muy lindo. Mi fav aquí es la canción Through the backyards.
Protagonizada por la icónica Florence Pugh, un grupo de amigos viaja a un remoto pueblo sueco para participar en un festival ancestral y quedan atrapados en un culto. La banda sonora de Midsommar, a cargo de The Haxan Cloak, se ganó todos los aplausos de los críticos por la mezcla de influencias del folclore sueco mezcladas con texturas experimentales electrónicas. Highlight: Escena del ritual del «Maypole», donde la música comienza tranquila y termina escalando hacia algo muy heavy.