Tricahue: El 1° club para adultos mayores gay de Chile y América Latina

Según el diccionario, ‘Tricahue’ hace referencia a un loro chileno que se caracteriza por sus vistosos colores, ser muy bullicioso y estar en peligro de extinción, pero hace unos meses se ha sumado una nueva acepción a la palabra: Nombre del primer club de adultos mayores gay de Chile. Conversamos con Juan Carlos y Edgardo, co-fundadores del club Tricahue, y Nicole Mazzucchelli, psicóloga especialista en gerontología y género.

‘Tricahue’, el primer club de adultos mayores gay de Chile y América Latina, fue fundado en Valparaíso con el objetivo de cumplir el sueño de un grupo de amigos: seguir en contacto por el resto de sus vidas. “Cuando nos reuniamos de jóvenes siempre decíamos que cuando fuéramos viejitos ojalá nos siguiéramos viendo, y así fue, hay integrantes del club con quienes nos conocemos hace más de 30 años”, dice Juan Carlos, co-fundador de la organización.

Juan Carlos nació en Villarrica, tiene 62 años y a los 21 decidió mudarse del sur del país a Valparaíso. “Allá pensaba que era el único enfermito y me sentía tan culpable, pero cuando llegué al puerto descubrí que había discotecas, movida, gente. Caminábamos de Avenida Francia hasta Bellavista esperando que pasara ‘algo interesante’, si algún hombre te miraba.” Valparaíso fue también el lugar donde, eventualmente, conoció a su marido Edgardo. “Yo le hice la zancadilla, él era hetero antes de conocerme, o sea, antes ya había tenido sus caídas [se ríe]”.

Aún cuando llevan más de 30 años juntos ni Juan Carlos ni Eduardo habían sentido que el matrimonio fuera lo suyo, hasta que hace tres años un problema en el corazón del segundo les hizo caminar juntos al altar. “Nos dimos cuenta que si nos pasaba algo todo lo que hemos construido quedaría solo en palabras”, explica Juan Carlos. Este sentimiento de desamparo se repetiría tiempo después cuando dos amigos cercanos a la pareja fueron encontrados muertos en sus respectivos hogares, luego de que pasaran días de sus defunciones. “Ahí fue cuando dije que no podía ser eso, por eso decidimos formar Tricahue, para mantener una cadena de cooperación y comunicación entre las personas gay, quienes no suelen tener muchas redes, en especial con sus familias”.

Según la Doctora en Psicología y especialista en envejecimiento Nicole Mazzucchelli, la mayoría de las personas que envejecen en Chile viven en condiciones precarias y de marginalidad, sobre todo cuando está asociada al género. “Ellos, ellas y elles suelen experimentar una discriminación, a proposito de su edad e identidad, que no les permite participar en todos los espacios sociales en igual de condiciones que sus pares”.

De acuerdo a la Encuesta Casen de 2022, en Chile sólo un 0,3% de personas mayores de 60 años se identifica como homosexual. Ese mismo año el SENAMA y Movilh lanzaron en conjunto el primer documento que establece recomendaciones para el resguardo de los derechos y el buen trato de las personas mayores LGBTIQ+ en Chile, el cual va dirigido a instituciones y organizaciones, y cuenta con definiciones, leyes y derechos enfocados en las personas de la tercera edad y de la comunidad. Un avance que, según Mazzucchelli, llegaría tarde debido al envejecimiento acelerado que sufre la población de América Latina y, especialmente, Chile. “Los organismos públicos y normativas no han logrado avanzar con la celeridad de la población. En el caso del género, las personas que no cumplen con los roles establecidos de la sociedad suelen pasarlo mucho peor y cuentan con menos espacio de apoyo que otras generaciones, como es el caso de las personas de las diversidades sexuales”.

Edgardo (65 años), dice que la meta de Tricahue es lograr que todos sus integrantes se sientan acompañados en su vejez. “La idea es que podamos prestarnos ayuda, especialmente en aquellos momentos en que nos sentimos en apuro, ya sea de salud, económico u otras situaciones. Como agrupación podemos lograr conseguir beneficios para todos los integrantes que los necesiten, podemos acceder a las cosas que ofrece el Estado y que en solitario es más difícil”. Por su parte, Juan Carlos espera que el club genere no sólo relaciones de confianza sino que también de amistad. “Muchos de los que integran Tricahue nos conocíamos de vista pero no como amigos, por eso cuando llegamos a las reuniones empezamos presentándonos, y ahí se da el típico ‘ah, tú eres tanto, amigo de este otro’. Antes en Valparaíso había muchos grupos de hombres gay, pero ya no quedan tantos”.

En 1984 surgieron los primeros seis casos de VIH/SIDA en Chile, entre estas personas se encontraba un amigo de Juan Carlos, quien, al verlo sin redes de apoyo, decidió acondicionar una habitación en su casa para cuidarlo. “Yo siempre fui solidario porque tenía el respaldo de mi familia, pero muchos de mis amigos no, varios murieron en mi casa por SIDA. Muchas de sus familias no querían ni acercarse a ellos, menos cuidarlos”. Entre 1990 y 2004 se produjeron en el país 4.893 defunciones por VIH, el 49,9% de los casos acumulados de VIH/SIDA correspondía a homosexuales o bisexuales (CRIAPS, s/f). “En ese tiempo mis amigos morían, caían uno tras otro, una de mis ex parejas murió de SIDA. Llegó un momento en que eran dos funerales por semana. A veces cuando nos encontramos en la calle con otras personas de esa generación pensamos ‘de la que nos salvamos’, porque no había nada, no sabíamos lo que era un condón, nosotros vivíamos nomás. Todos los integrantes del Club Tricahue nos sentimos sobrevivientes de alguna manera a esa época”, dice Juan Carlos.

Actualmente Tricahue cuenta con 25 miembros activos y se encuentran abiertos a recibir nuevos integrantes. “Las únicas condiciones es que deben ser mayores de 60 años y tener las ganas de participar con gente de la comunidad. En el club hay varios que tuvieron familia y que por eso nunca dijeron que eran gay, hasta ahora. Hay profesores, choferes, maestros de cocina, empleados municipales, libreros, es muy heterogéneo. Tenemos algunos que se van de viaje a México y otros que venden en la calle, todos se respetan y comparten sus experiencias, siempre va a haber un tema o alguien en común”, cuenta Edgardo.

Respecto a lo que esperan para el futuro, Juan Carlos sueña con generar un bienestar colectivo para todos los integrantes del club. “Queremos hacer un poco más agradable la vida de las personas mayores gay porque para los heteros siempre ha habido instituciones, beneficios, etc. Para una persona gay o trans siempre va a ser más difícil entrar a un grupo de personas hetero, sean viejas o jóvenes, por eso queremos ayudar a derribar ese obstáculo, queremos que todos puedan tener una buena vida”.