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Sofía Vergara, Karol G, Rosalía, Tini, Ricky Martin, Taylor Swift…, pero también mis amigas, amigos, amigues, mi familia, mis colegas de trabajo.
Y al final
¿Qué tal?
Tú y yo ya no existimos
– Rosa Pastel, Belanova
Yo terminé la única relación formal que he tenido en mi vida el 2021. Fue desastroso al
principio. Escuché en loop al Bloque Depresivo y el soundtrack de la película Mamma Mia: Here we go again!. Viví todo un proceso de luto, pero de manera muy solitaria y adulta. Pasé de sentir que se habían rendido por mí por ser una carga, a comprender que, a veces, el amor no es suficiente y que tu pareja tiene derecho —por muchas cuotas del crédito hipotecario que compartan— a hacerse a un lado. Siempre supe que tenía derecho a un pasado, a guardar secretos, pero comprendí que también lo tenía a sentirse mal y decidir hasta cuándo. Descubrí que no me tenían que salvar y ese fue mi error.
You’ll be (…) a part of me that will never be mine
– The loneliest, Måneskin
Desde entonces la he pasado bastante bien. Entre medio hubo vergüenza, porque como no sabía con quién hablarlo sin sonar patética, conversaba conmigo y una terapeuta mediocre. Nadie me dijo cuánto tiempo podía sentir que extrañaba a mi ex, o en qué punto era patológico seguir haciéndolo. Pensaba a diario en una revista Tú que compré cuando iba en el colegio, allá por el 2010: “Si han pasado más de seis meses y aún no superas a tu ex, estás completamente mal”. Nadie sabía si tenía que saludarlo para el cumpleaños o año nuevo, porque ninguno odiaba al otro: sólo nos amamos cuando no estábamos listos y eso no fue culpa de ninguno.
No reces por mí, quiero que sepas que estoy bien
Yo tengo mi fe, mis armas, mi cora, que aún no sé pa quién
– Como un G, Rosalía
¿Qué se hace en ese caso, cuando todos los acuerdos previos y lo pactado para la relación no han sido quebrados, pero uno simplemente quiere lanzarse del barco y abandonar la misión? No menosprecio ni subestimo aquellas rupturas en que las parejas se recriminan cosas y deciden odiarse y exorcizarse de la vida del otro: las cosas claras y el chocolate espeso, hay quienes se lo merecen… pero ¿cómo criminalizar a alguien por sentirse mal? Creo que es culpa de algunas series o películas, como Love and other drugs, The Notebook o Grey’s Anatomy, en las que está la persona que va a necesitar que la cuiden, porque sufre de algo, y al otro lado está su pareja, que nunca abandona.
But how, can I miss
You so much
When you’re right here
– Miss you so much, Miley Cyrus.
Bueno, como alguien que no vivió ese final épico y se quedó con el juego de cocina y el
refrigerador —mi sobrina pequeña me reclamó que no me había quedado con la play o la tele— quiero decir que en las rupturas tienes derecho a sentirte mal todo el tiempo que lo necesites, que SÍ es un duelo y ninguna de esas dos cosas son motivo de vergüenza. También tienes derecho a sentirte bien, libre, y completamente responsable, pero no culpable. Para eso, ayuda mucho la terapia. Tienes el derecho y el deber de reconocer los errores y de tomar la distancia que necesites.
If this is love, I don’t want it
– Tauriel, The Hobbit: The battle of the five armies
Es interesante, porque guardo la teoría de que en ese momento en que van a terminar (una o las dos, o todas las personas involucradas), que puede ser sin aviso o una crónica de muerte anunciada, te puedes ver: no eres una persona, eres detrás de las pupilas de tu o tus parejas, fragmentos de tu relación. Por eso me gusta cuando algunos libros dicen que una relación se “quebró”. Lo siento más completo que sólo decir que algo terminó.
I used to think I was smart
But you made me look so naive
– Vampire, Olivia Rodrigo
Y aquí hay otro derecho: a recoger las piezas fracturadas y recomponerlas cómo tú elijas —si cuentas con una red de apoyo y terapia, mil veces mejor—, porque una vez se
quiebra/acaba/termina/incendia la relación, y dejas de tener pareja (y suegra, y cuñado, y
tantas cosas más), el único acuerdo al que pueden llegar es a ser ex decentes. Recuerda: la pareja, el amor de la vida incluso, a veces dura sólo un tiempo, pero el/la/le ex es para siempre.
Did you run out of love?
Was my all not enough?
– Leave me in the dark, Alexander Stewart
Terminar también es un finiquito. Monógama o no, la relación se basa en acuerdos de convivencia y responsabilidad. Por ejemplo, no existe un manual sobre los puntos de partida o término de una infidelidad, o que si uno cocina el otro lava la loza. Cuando terminas o te terminan, se acaba un contrato implícito: “Amiga, se quedó con mi Catan, qué hago”, “Puedes pasar a dejarme con el conserje mi polerón”, “Tú decide qué hacer con nuestras fotos”, “Vendamos el terreno y dividamos las ganancias”, “Puedes ver a las niñas fin de semana por medio y pagarles los planes del celular”, “Es que no sé cómo pedirle mi libro favorito”, “Se quedó con el cargador de mi computador, y es muy caro”. También es cierto que no siempre recibimos indemnización por el proporcional de daños o el amor invertido. Pero ese es otro tema.
I hate it when you lie
I hate it when you make my laugh,
Even worse when you make me cry
– Kat’s poem, 10 thing I hate about you
Algo de lo que no se habla es que, incluso cuando ya no tienes pareja, sigues teniendo
problemas de relación. Terminar te convierte en la santa patrona de las pateadas/terminadas/corneadas. Tú, en la tranquilidad de dejarte llevar, y llega alguien a
contarte todos sus dilemas: que no sabe si no hay compatibilidad para carretear con su pareja, o no sabe si está bien seguir compartiendo custodia de los gatos, que no sabe si es normal todo el tiempo que llevan sin sexo, o está quien no sabe si los cambios que le piden son justos, o quien no sabe hasta dónde confiar, o quien descubre que su pareja sufre crisis de angustia o pánico y no sabe qué hacer, o quien bebió mucho y besó a otra persona pensando en su pareja. A todes les digo: las cosas siempre duran un poco más de lo que tienen que durar. Es tu decisión “estirar el chicle” y que duren o MUCHO más… o sólo un POQUITO más.
Amor, adiós
No se puede continuar
Ya la magia terminó
Ahora tengo que marchar
– Y volveré, Los Ángeles Negros
Ahora entiendo porque tanta gente escribió cartas, luego chats de MSN, descripciones en Myspace y Fotolog, blogspot, estados de Facebook, fotos en blanco y negro en Tumblr, tweets, videos en Snapchat donde lo único que no se sentía era el olor a vino tinto, historias de Instagram o un mensaje de Whatsapp. Quizás lo peor de este amor líquido es ver cuántas veces tu ex visitó tu perfil de TikTok. O quizás, es peor escribir notas en el celular.
Se ha de entregar entero el corazón
Aunque le hagan daño sin razón
– Acróstico, Shakira
¿Es esto dejar de amar? Uff, y ni empecemos con quienes se dan cuenta que nunca amaron
aún cuando celebraron aniversarios, o quienes terminaron sin nunca empezar. Aquellas
personas sólo se hacen conscientes de que lo que terminó es un modo de vivir, de entender las cosas y de organizar el tiempo, el ocio y las ausencias: ¿Si tú ya no me vas a cocinar, qué hago ahora que tengo que pensar cada día qué almorzar? ¿Si ya no puedo reaccionar a tus historias, a quién le digo que su meme —que realmente es horroroso y fome— es chistoso?
I’m so glad you made time to see me
How’s life? Tell me, how’s your family?
– Back to december, Taylor Swift
Una vez, en un cumpleaños, mi familia hizo que las parejas se colocaran en los extremos de la foto que nos íbamos a tomar para poder cortarlos en caso de ruptura. A todo el mundo le dio risa e hicimos caso. La foto, que fue tomada por el teléfono de uno de mis tíos, se perdió. Sinceramente que bueno, porque habríamos recortado a mucha gente. Y me acordé: cuando mis abuelos cumplieron 50 años de matrimonio —repletos de dolor, resignación y amor— fueron sus tres hijos con pareja. Mi tío mandó a editar un cuadro enorme donde salían en primer plano mis abuelos casi besándose; abajo, salíamos con los bordes borrosos los invitados: por un lado, cada hijo del matrimonio con su pareja y por el otro, nietos y nietas. Ese cuadro aún existe. Aún salen mis abuelos casi besándose junto a un poema feísimo, pero en la parte de abajo mi Tata ha puesto a sus tres hijos: fotos que no son ni siquiera de ese día, pero son una representación de que estuvieron en la conmemoración, pero sus parejas ya no están hoy.
And you had to go,
I know, I know, I know
– I know the end, Phoebe Bridgers
Les contaba que ahora la he pasado bastante bien. Desde hace tiempo siento que puedo amar de una forma libre ya que no necesito que nadie me quite la tristeza. Incluso, estoy dispuesta a que me la devuelvan: acepto el riesgo. Yo quiero que si tú terminaste o te terminaron, elijas una canción para poner en loop, si quieres no te bañes dos días seguidos. Te lo repito: nadie puede decirte qué hacer con ese amor —o la ilusión del amor— interrumpido, incompleto y agotado. Y, sí, te lo van a decir: estás idealizando algo que duró un poco más de lo que tenía que durar, pero también puedes darte ese gustito. No hay pecado en un poco de avaricia, pues tienes derecho a sentirte bien y mal al mismo tiempo.
Nobody taught you how to cry
– How to cry, Sam Smith
Hace unos días estaba con mi hermano, quien también sabe mucho sobre rupturas, comiendo papas fritas en un local en Vicuña Mackenna junto a un shop. En la mesa de atrás, un hombre empezó a decir que él ya había dejado todo en el pasado, pero que iba a amar siempre a una mujer. Que, pese a todo, ella lo había hecho feliz y él había aprendido muchas cosas. Y pensé en cuando era profesora de adolescentes y sufrían por sus pololeos. Yo les decía: “Está bien equivocarse, estás empezando y va a pasar muchas veces. Sí, te equivocaste, pero es que tú sabes amar de la forma en que te enseñaron a amar en casa, y no a todos nos enseñaron la parte funcional y respetuosa de hacerlo”. Así que creo que no estaba tan equivocada. Hay que dejar de amar para aprender a hacerlo de nuevo y de una forma distinta, porque ojo, no hay dos amores iguales. Son como las tristezas, de alguna forma universales y al mismo tiempo irrepetibles. Así que ese miedo que tienes de “nadie me va a amar nunca más como esta persona”, bueno, es verdad: nadie lo va a hacer, ni siquiera si esa persona vuelve. Pero es porque tú serás diferente y la otra persona igual.
Not everything is a lesson
– Dwight, The Office
Quiero terminar esto diciéndote que tienes derecho a olvidar, perdonar. Lo uno, lo otro o ambos. Y que si bien dije que hay aprendizaje detrás del amor y su quiebre, no toda ruptura trae grandes epifanías. Acompáñate, porque nadie considera razonable dejar sólo a alguien que ha vivido la muerte de un ser amado o querido. Esta también es tu pequeña muerte, y si por un tiempo no puedes volver a esa cafetería o volver a usar ese polerón, no importa. El dolor nos estrechará, en su genuina existencia, lo superaremos. Lo superarás.
No fue tan hondo el pozo,
Pues ya estoy saliendo de él
– Miedo a las alturas, PXNDX.