Día a día consumimos una gran cantidad de información que transforma de formas imprevistas nuestro modo de ver y entender las cosas. Frente a este exceso, la censura actúa como un medio efectivo para velar la posibilidad y el encuentro con la fantasía. El deseo de imaginar otros mundos posibles se halla velado bajo la lógica patriarcal que anula la disidencia.
Dentro de este orden hegemónico y binario que censura cuerpos y deseos, SOPHIE apareció en la escena artística y, junto a su nombre, las interrogantes sobre su apariencia y su género. Nacida en Glasglow, entre 2013 y 2014 publicó sus primeros sencillos, como Nothing More to Say, Elle, Bipp, Lemonade y Vyzee, los cuatro últimos lanzados por el sello escocés Numbers.
Sus producciones fueron alabadas por la crítica, la que se preguntaba ansiosa por la identidad detrás de aquellas piezas musicales que mezclaron lo avant-garde con lo mainstream, al navegar en una atmósfera musical burbujeante, con voces alteradas y agudas que transformaron la visión del pop de los últimos años.
SOPHIE se mantuvo en el anonimato y no fue hasta 2017 que reveló su identidad en el video It’s Okay To Cry. La producción audiovisual se ha vuelto un manifiesto político al mostrar a una mujer trans que no encaja en la categorización binaria de los cuerpos.
Vemos en pantalla a una SOPHIE compasiva y atenta que nos susurra e invita a expresar nuestro dolor, a soltarnos del miedo y comenzar a dialogar con nuestras emociones. La calidez de los paisajes y sus delicados cambios -a la vez que profundos- reflejan las intenciones de SOPHIE: transmitirnos la belleza de la transformación. Completamente diferente a sus primeros sencillos, SOPHIE demostró su versatilidad y habilidad musical bajo un artificio sumamente suave con un final trans-gresivo.
La muerte de SOPHIE ha conmovido, particularmente, a la comunidad LGBTIQA+. El accidente ocurrido hace unos días atrás impactó de sobremanera a artistas de la música. Su trabajo en conjunto con Shygirl para su EP Alias, con A.G. Cook en PC Music, como también sus colaboraciones con Madonna, Le1f, Vince Staples, Charli XCX, Kim Petras o Cecile Believe, reflejan la influencia de una mujer trans que ayudó enormemente en la consolidación de una nueva comunidad musical queer-friendly que tiene en común su voraz interés por la experimentación con el sonido pop y la tecnología. SOPHIE creó su propio lenguaje junto a las máquinas y articuló una serie de texturas musicales que crujen, se redoblan y experimentan con el ritmo de los beats.
Ser une artista trans visible es un acto de valentía en un mundo donde los espacios institucionales y laborales se hallan definidos y enmarcados bajo la concepción de masculinidad y feminidad. SOPHIE decidió exponer su imagen y demostrar que la belleza existe y va más allá de lo visible. Nos invitó a descubrir nuestra propia concepción de lo bello. Para SOPHIE, ser trans se trata de alejarse de los roles tradicionales de género y acercarse más al interior de une misme, de mirar a les otres con franqueza. Así lo hizo saber en una entrevista dada a PAPER Magazine.
Además de alentar a otres a repensar los roles de género, SOPHIE también resignificó la cultura mainstream bajo una concepción que englobó su visión de mundo. En una entrevista para CRACK Magazine, SOPHIE habló sobre su interés por la música pop y su atracción por lo convencional: “Simplemente porque vive en la vida de mucha más gente. No es exclusivo, no es elitista, y esos son los estándares que quiero mantener en mi música”.
Faceshopping se puede entender tanto como un tipo de publicidad a la vez que un manifiesto político a favor de la intervención quirúrgica en nuestras cuerpas, un cruce entre lo estético y lo comercial bajo beats violentos y agresivos con una voz ronca que nos enfrenta a cada momento con la distorsión de lo natural. La convulsión de imágenes presentada por SOPHIE también indica el abanico de posibilidades que poseemos para jugar con la materialidad del cuerpo, como también satirizar a la publicidad en sí misma y la abundancia de información que esta provee.
SOPHIE nos mostró que los sueños son parte de la vida y es posible construir otros mundos. Utilizó las herramientas creadas dentro de una sociedad binaria y patriarcal para proyectar su voz e imaginar un futuro trans y cyborg. Permitió que las máquinas emitan su propio lenguaje para así demostrar que la fantasía puede aliarse con la tecnología a favor de la diversidad y la diferencia.
Sin duda nos dejó con una emoción agridulce en el pecho. Sus baladas hyperpop con toques surreales, tales como JUST LIKE WE NEVER SAID GOODBYE, y la nominación al Grammy de Oil of Every Pearl’s Un-Insides a mejor álbum Dance/de Música Electrónica nos demostraron que visibilizarse trans es un acto político, que otro mundo fuera de la violencia machista y patriarcal es posible.
Vives en nuestra memoria, ángel. Rest in Power as an Immaterial Girl.
