Columna
16/02/2021

We Are Who We Are: vivir es una guerra

Es 2016 y Trump se acerca cada vez más a ser elegido presidente de Estados Unidos. Mientras tanto, en un auto, un chico de cabello oxigenado lee una novela sobre anarquistas homosexuales. Luego de un rato, el auto se detiene y el chico se baja frente a las puertas de una base militar. Junto a él, también descienden sus dos madres, quienes comienzan a dialogar sobre su actual localización: una base militar estadounidense en Veneto, Italia. Lugar donde una de ellas, Sarah (Chloë Sevigny), ha sido designada como la nueva comandante en jefe.

Tras dejar el equipaje en su nuevo hogar, el chico, que ahora sabemos se llama Fraser (Jack Dylan Grazer), comienza a explorar la base. Así, luego de caminar por largo tiempo, termina entrando a la escuela del lugar donde se encuentra con Caitlin (Jordan Kristine Seamón), quien guarda un gran secreto e introducirá a Fraser al resto de los adolescentes que viven ahí.

Así comienza ‘We Are Who We Are’, la primera serie de Luca Guadagnino, que se supone sería estrenada en Cannes (como una película de 8 horas) pero que debido al coronavirus terminó siendo una serie de ocho capítulos, compartiendo pantalla con otros éxitos de HBO, como ‘I May Destroy You’ y ‘Euphoria’. Todas obras que comparten una narrativa oscura, con pocos diálogos y una fotografía digna del antiguo Tumblr.

 

 

 

 

Al igual que en todos los proyectos de Guadagnino, la historia de We Are Who We Are no se desarrolla en los suburbios, ni en una gran ciudad, sino que en un contexto mucho más íntimo, paradisíaco, el cual termina siendo manchado por conflictos psicológicos. Mundos apartados que permiten a los personajes fluir (en el sentido más new age de la palabra) y explorar sus identidades libremente. Y es que el trabajo de Guadagnino siempre se ha caracterizado por alejarse de las normas morales de la sociedad, permitiendo así que estas no se centren en la discriminación, especialmente queer, sino que en la esencia humana misma.  

Una forma de relato que, aún cuando guarda conflicto (como los son las relaciones pederastas, entre un niño y un adulto, que se dan tanto en We Are Who We Are como en Call me By Your Name), profundiza en temáticas actuales: como la masculinidad tóxica en los hombres transgénero (“¿Acaso crees que ser hombre significa disparar armas, orinar parado y tener vello facial? Eres tan cliché y retro”), el rol que cumplen los militares en la fantasía estadounidense (“Son los que tiene que pagar el precio por nuestra tranquilidad”) y el existencialismo (“Solía pensar que podría escapar de este pueblo de mierda… Ahora veo que no hay nada, nada en ningún lado”).

Todo esto, sumado a un casting muy particular, que incluye al músico devenido en actor Kid Cudi (¿cómo olvidar su hit dosmilero ‘Memories’ con David Guetta?), Francesca Scorsese (la hija del reconocido director) y música a cargo de Dev Hynes a.k.a Blood Orange (quien incluso da un concierto en plena serie), convierten a We Are Who We Are en un imperdible.

 

 

 

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