‘Bienvenidos una vez más a este reality’. Esa es la frase con la que cada semana Janin Day daba inicio a los ya de culto backstage de ‘Amigas y Rivales’, un programa de entrevistas de Youtube con el que la transformista se ganó el amor de miles de personas y el respeto de sus colegas,
llegando incluso a convertirse en lo que todo artista moderno aspira: un meme. Conversamos con el ícono acerca de su infancia, el impacto de ‘Amigas y Rivales’ y el rol que la llevará a la gran pantalla en la película La Isla de las Gaviotas.
Domingo, 15:30 p.m., plena pandemia y Janin Day se conecta por medio de Zoom. A pesar de lo pixelado de la imagen se puede distinguir una blusa blanca, una chaqueta de jeans y una peluca de corte pixie desmechado. “Buenas tardes”, dice ella, y acomoda su cabello con el reflejo de un espejo cercano. Su cara se queda paralizada por la mala conexión y es posible comprobar lo poco que ha cambiado respecto a los videos que la hicieron viral hace casi una década.
¿Qué pronombre prefieres?
Me da lo mismo. Él, ella, canguro, cómo sea.
Eduardo Figueroa Briones (1968) nació en Santiago de Chile, en el seno de una familia de ocho hermanos y una madre dueña de hogar que, asegura, era muy moderna para su época. “Cuando le conté que era gay me dijo que simplemente tenía que ser feliz. ‘Tus hermanos hicieron de su vida lo que quisieron y ahora te corresponde a ti. Tú siempre vas a caminar por una calle y al que no le guste que cruce, pero tú sigues caminando por esa calle’”, recuerda a través de la pantalla.
Este apoyo incondicional le daría la seguridad para vivir sin miedo al qué dirán ni ocultar jamás su identidad, ya sea formando parte del centro de estudiantes de su colegio, estudiando diseño de vestuario en la Universidad Tecnológica Vicente Pérez Rosales, estilismo en la Academia de Mario Meza y danza en el Estudio Profesor Valero. Una formación profesional que se terminaría convirtiendo en un complemento de lo que era su verdadera pasión: el transformismo. El arte de caracterizarse como mujer, que lo enamoró desde que comenzó a explorar los clubes gay capitalinos a los 17 años, lo llevaría trabajar en 1988 en la mítica discoteque Quásar, en el centro de Santiago, lugar que Eduardo considera su escuela y donde nació el personaje ‘Janin Day’; nombre inspirado en el de una compañera de colegio llamada ‘Janin’ y el de una ex bailarina de Daniel Vilches de apellido ‘Day’.
“Cuando comencé no sabía bien qué era el transformismo, pero sí tenía claro que me encantaba todo lo relacionado con las vedette, entonces me fui envolviendo en ese mundo de las luces, el espectáculo, los aplausos, las plumas. Ahí me hice amigo de muchas chicas, como la Maggie Lay o la Tatiana Merino. Janin Day es la fantasía de una mujer ABC1, pero tiene harto de Eduardo, como su carácter frontal. Eso nos ha traído cosas buenas y malas, porque estamos en un país donde la gente no está acostumbrada a que se digan las cosas por su nombre”, cuenta.
Un personaje directo y de apariencia elegante que de a poco fue tomando referencias de distintas personalidades, especialmente femme fatales, pero ninguna tan importante ni tan evidente como Raquel Argandoña, comentarista de televisión insigne de la dictadura que se ha mantenido hasta el día de hoy gracias a sus controversiales opiniones e innovadora imagen. “Mi similitud partió por un sketch que me tocó hacer de famosas chilenas, donde tuve que imitar a la Argandoña cuando estaba embarazada de la Kel. Ahí un amigo me dijo: ‘Te salió igual, pero la Argandoña es la Argandoña, así que si te logras parecer a la vieja vas a triunfar’. Es una persona que no todo el mundo quiere, no es popular, no es del pueblo. Sin embargo, ha hecho lo que ha querido en su vida, para bien o para mal, y nunca le ha importado lo que dirán. Esa es la gran característica que tiene”, asegura.
Este homenaje también da cuenta del contexto en que surgieron las primeras transformistas chilenas que, al igual que Janin, vivieron el bloqueo político, social y artístico de Chile en dictadura y, por tanto, no les quedó más opción que inspirarse en las versiones locales de las grandes divas de Hollywood. “Antiguamente nuestros referentes eran cantantes y actrices latinas, como la Yuri o la Angélica Castro. No había ninguna Selena Gómez ni Beyoncé. Luego llegó la tecnología y, con ello, el ‘Amigas y Rivales’”, cuenta.
‘Amigas y Rivales’ es el nombre del reality show, emitido vía Youtube y conducido por Janin Day, que registra los entretelones de un concurso de talentos producido por la discoteque Fausto. En el programa, las transformistas comentaban sus impresiones sobre las actuaciones de sus compañeras y, obviamente, aprovechaban de ventilar una que otra rencilla personal. “En ‘Amigas y Rivales’ siempre traté de darle un vuelco novedoso a las cosas. En uno de los backstage alguien se atrevió a decirme: ‘Si tú eres vieja’, con el afán de cagarme. Ahí yo le respondí: ‘Yo soy parte de la historia de este país. Mi primer marido fue Arturo Pratt’”, recuerda.
Fueron frases como esa, así como también ‘¿Y tú mamá te manda sola para acá?, ‘No somos nada’, ‘Truek’ y ‘Pooobre’, las que convirtieron a estos backstage en una especie de programa de culto y generador de memes, fundando todo un nuevo lenguaje gay a nivel nacional. Un fenómeno que, según el escritor Gonzalo Asalazar, se entendería como ‘diálogo entendido’, o frases extrañas que, al ser reconocidas por otras personas, permiten identificarlas como parte de la comunidad LGBTQIA+.
“Creo que con las redes sociales los transformistas logramos ir más allá de las discoteque y tocar la vida de las personas. Muchos me han dicho que gracias a mí han logrado asumirse como homosexuales. Cuando yo partí si ibas con cámaras a los espectáculos te las quitaban, porque era un lugar privado, seguro, que debía ser resguardado. Iban a los espectáculos políticos a los que se les podía arruinar la carrera por una foto. Ahora ya da lo mismo, incluso hoy en día el alcalde de La Florida (Rodolfo Carter) parece travesti con esos labios que se puso”.
La transformista Katiuska Molotov dijo una vez: ‘Quién es quién para decir que en el transformismo hay perfección’. Sin embargo, en tu opinión, ¿existen transformistas de alto nivel en Chile?
En Argentina un productor me dijo: ‘En Chile están a años luz de nosotros, nosotros no tenemos una cultura travesti como la de ustedes, con un reality’. Yo creo que el transformismo en Chile es súper bueno, al igual que el de Argentina. Sin embargo, creo que aún nos falta mucho para ser excelentes. Hoy en día ha nacido toda una generación de transformistas hijas de RuPaul’s Drag Race que se ven maravillosas pero les falta hablar. Antiguamente a nosotras nos pedían bailar, cantar y actuar en vivo.
A pesar de estas diferencias, Janin remarca que el problema del transformismo nacional no radica en las nuevas generaciones, sino que en el poco apoyo que recibe este tipo de arte por parte del Estado y de privados. “Si miras la pobre y triste realidad, hay pocos lugares para hacer espectáculo. No sé por qué nadie invierte en el transformismo en Chile, siendo que hay grandes talentos. Ya ningún empresario monta grandes revistas que puedan llegar a todos lados, a todos los estratos. Fue el Estado el que mató la noche. El Estado no garantiza que la cultura sea parte de los colegios. En Chile no hay una cultura del entretenimiento porque desgraciadamente en este país quién tiene la cultura de ir al teatro o al ballet es la gente de clase alta. En este país la cultura es cara y por eso la gente no puede desarrollarla”, afirma.
Has hablado abiertamente que simpatizas con la derecha política, ¿ha cambiado en algo tu visión dado el desempeño de este último gobierno?
Me crié bajo los parámetros de mi mamá, que era de derecha, por eso mucha gente me relaciona con ese lado, aún cuando nunca me he abanderizado con él. Mi hermano murió en el golpe militar, y pude ver a mi mamá sufrir por ello, por eso mismo tengo mucho respeto por la gente que fue torturada, desaparecida y murió en dictadura. Nunca he sido de Plaza Italia para arriba, tengo sobrinos y sobrinos nietos y creo que si no tuviesen una buena situación económica el Estado debería darles educación. Pero yo no quiero que les den cualquier educación, sino que yo exijo que les den la misma que a los ricos. Si continuamos con el sistema actual los ricos van a continuar siendo ricos y los pobres siendo pobres.
Aun así el transformismo chileno se ha caracterizado por un humor bastante clasista.
Desgraciadamente en la comunidad hay mucho clasismo, mucha discriminación. Pero eso no es algo exclusivo de la escena del transformismo o porque seamos gay, sino porque la cultura chilena es clasista. Hay colas que se hacen las regias tomando espumante pero después están toda una semana comiendo Maruchan. Esta sociedad está tan cagada de la cabeza que te exige ser así. Las transformistas solo están diciendo lo que nadie más se atreve. La comunidad LGBTQAI+ es solo un submundo del clasismo chileno.
El 24 de octubre de 2019 Janin Day subió una foto a su Instagram en la que se veía en medio de una aglomeración con una bandera LGBTAQI+ entre sus manos. A pesar de que la bajada de la publicación solo decía: ‘Plaza Italia #chiledesperto’, sus seguidores entendieron cuál era el significado detrás: el estallido social había despertado en ella, al igual que en muchos chilenos, la necesidad de salir a marchar por un país más justo. Una motivación que, a pesar del respaldo social, se vería trastocada por la expansión del Covid-19, obligando así a la artista a buscar otras formas de apoyar el movimiento. Estas serían la donación de canastas con mercadería para familias afectadas por la pandemia, haciendo reír a su público con lives vía Instagram, o eligiendo proyectos que busquen visibilizar los conflictos de su propia comunidad, como la película ‘La Isla de las Gaviotas’, donde la artista es parte del reparto.
“‘La Isla de las Gaviotas’ es una película escrita, dirigida y actuada por Sebastián Ayala, que narra la historia de una persona que aún no entiende su sexualidad y se encuentra inserto en un mundo heteronormado. Un mundo donde no todos tienen cabida, aún cuando deberían. Se entera de que yo voy a animar un show de transformistas y se atreve a participar en él, a escondidas de su familia. Ahí conoce un mundo que le permite entender que su cuerpo no expresa lo que su mente dice”, relata.
Sin embargo, este proyecto corre peligro debido al alto costo de producción. Un problema que han decidido solucionar por medio de donaciones a cuentas de Crowdfunding y Paypal, con la meta recolectar $100.000.000, correspondiente al gasto total de producción. “¿Qué más importante que la comunidad apoye un proyecto que es desde, por y para nosotros? Donde no vamos a ver disfraces, sino que a personas reales. En Chile todos los papeles de las diversidades han sido sobreactuados. En cambio, en esta película el director es gay, sumado a eso, las personas que trabajan delante y detrás de cámara forma parte del mundo LGBTQIA+”, asegura.
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¿Qué esperan conseguir con esta película?
Inspirar a actores, actrices, directores y cualquier persona que pueda verse reflejada. Que la gente sienta que puede estudiar y trabajar siendo ellos mismos, sin miedo. Donde sean vistos por su talento y nada más.
Además del film, ¿qué otros planes tienes para el futuro?
Espero continuar haciendo mis stand-up comedy y mis live en Instagram. Además estoy en conversaciones para escribir mis memorias. No quiero que me pase lo de La Veneno de España, así que quiero que me las hagan en vida. Yo quiero disfrutar todo lo posible en esta vida.
