Francisco Victoria y el pop como discurso - Galio
07/12/2017
Texto: Felipe Morandé Fotografías: Esteban Vargas Roa
Texto: Felipe Morandé Fotografías: Esteban Vargas Roa
07/12/2017

Francisco Victoria y el pop como discurso

¿Por qué ese nombre?

Nací y viví hasta los 18 años en un pueblo que se llama Victoria y lo pasé pésimo. Si tanto me afecta un lugar, tanto me afecta la vida que viví ahí, quiero convertirme en ese lugar y convertirlo en otra cosa.

 

¿Cuál era tu impresión de Alex Anwandter antes de conocerlo?

Lo primero que escuché de él fue el disco Rebelde y mi reacción fue como “wow, qué onda esto”. Yo estaba en un pueblo cerradísimo, en un colegio católico, y él hablaba de cosas que me interesaban. Escuchar algo así de frontal y político fue súper bacán. Siempre lo admiré por el contenido de su trabajo. Su música, para mí, significa muchas cosas hasta el día de hoy y es muy bacán poder colaborar con él.

 

¿Por qué crees que enganchó contigo?

Siento que ni él, ni yo valoramos tanto el talento per se, sino que la cantidad de trabajo que uno pone para mejorar las cosas. Desde que entré a su taller mi compromiso estuvo 100% en eso. En ir, aprender, mejorar y hacer todo de nuevo las veces que sea necesario para que el resultado final sea lo mejor posible. Esa energía nos conectó.

 

¿Qué has aprendido de Alex en estos 3 años?

Lo que más he aprendido es a no desesperarme. Todo su feedback me ha servido para tomarme esto con calma y no creerme ningún cuento que no es y a seguir siendo súper honesto. Es muy importante estar tranquilo haciendo las cosas y no desesperarse, no adelantarse y no ser súper mega ambicioso porque no le sirve a las canciones, ni a uno y se siente falso.

 

 

Pero igual estas teniendo un lanzamiento ambicioso. Estas sacando música con el apoyo de un sello, tienes entrevistas en medios, estas sacando un video, ¿cómo te lo tomas tú?

No lo sé la verdad, siento que las cosas están pasando como tienen que pasar. La recepción que tiene la canción es por la canción misma, no por mí, ni por cuánta plata se invierte en el video. Mi sello me respalda gracias a mis canciones. Lo único que importa son las canciones y el trabajo que hay alrededor de las canciones. Es raro estar a los 17 en el colegio católico en el sur y ahora estar acá, sacando este video con un equipo increíble. Al mismo tiempo, sigo tranquilo, trabajando y estoy disfrutando todo lo que está pasando.

 

¿Qué parte del proceso creativo disfrutas más?

Escribir la letra creo que es lo que más me gusta. Me gusta mostrar la vulnerabilidad a través de mi obra. Si me pongo desde un lugar cool o pretensioso, es una cosa falsa y nadie quiere escuchar mentiras. Por eso, para mí, lo más interesante es escribir la letra. Es estar uno solo en su pieza, escribiendo sobre cualquier cosa, hablando desde el fondo de ti, siendo lo más honesto posible y eso es difícil. Lo de escribir, no es solamente escribir. Es vivir tu vida en torno a eso. Uno no puede vivir la vida mintiéndose y después, creer que puede hacer una obra maestra que conecte con todo el mundo. Escribir las letras y hacer música tiene que ver directamente con cómo vives tu vida.

 

¿Qué viene primero, la letra o la melodía?

Para el disco entero, hice el esfuerzo de que todas las canciones fueran lo más melódicas posible. Generalmente, las mejores salen con letra y melodía al mismo tiempo y después salen los acordes, pero siempre intento que la manera de trabajar sea desde una melodía y de ahí construir el concepto de la canción, ponerle palabras a ese concepto. Todas las canciones que escuchamos, los grandes hits, son pura melodía. No importa el equipo con el que se graba la canción, ni lo cool del cantante, importa la melodía.

 

 

¿Cómo se originó la historia del video de Marinos?

Fue muy lindo. La historia es de una relación con fecha de caducidad de un niño que vive en un pueblo en un puerto y tiene relación con otro niño de la ciudad que está ahí de paso y tienen una relación muy intensa, muy romántica, pero que se va a terminar, que es un poco lo que habla la canción. Si le pones atención al video y a la letra al mismo tiempo, te está narrando algo súper específico. El video se trata muy sobre lo que la canción narra. Yo estoy muy en un personaje a veces, y otras, soy el otro. Por eso estoy siempre desde lejos viéndolos.

 

Siento que Cartagena es como un tercer personaje. ¿Por qué grabaron el video ahí?

Grabamos en Cartagena porque es una cápsula del tiempo. Para mí era importante que el video fuera atemporal. Estamos todo el tiempo bombardeado por videos donde salen iPhones, o aparece un Whatsapp, y todas las historias se arman alrededor de eso y eso solo pasa acá. Para una persona que vive en el puerto o en un pueblo aisladísimo en el sur, no está todo el día en eso. Hay gente que vive estas experiencias y las encierra en su pieza y nadie nunca supo nada. La gente sigue viviendo estas historias, fuera de toda la tecnología que nos bombardea. Cartagena para mí es un reflejo de eso, con sus estructuras gigantes abandonadas que nadie puede restaurar, hay muy poca gente, pero se siente un esplendor antiguo que no está en muchas partes.

 

 

¿Por qué haces lo que haces?

Porque siento que es una oportunidad de decir las cosas que quiero decir y compartirlas de una manera en la que todos pueden conectar.

 

¿En qué has estás pensando en los tres últimos días?

Todos estos días he estado pensando en el montaje del video. Además me quede sin trabajo y nada, uno tiene que pagar deudas. Tengo que dormir, estoy medio resfriado y estoy viendo si paso Navidad con mi familia, que no la paso con ellos hace tres años. He estado pensando que va a pasar conmigo ahora que se viene esta etapa. No sé muy bien como existir saliendo otra vez de mi zona de confort.

 

¿Último disco qué estas escuchando?

Rest de Charlotte Gainsburg.

 

¿A quién admiras profesionalmente?

Me gusta mucho el trabajo del cineasta Pier Paolo Pasolinni y Rainer Werner Fassbinder que voló mi cabeza con su estética y cómo habla de raza y sexualidad. Admiro a Julieta Venegas, porque se ha sabido reinventar millones de veces. Admiro a Miranda, su música me encanta, especialmente sus discos más viejos pero el último está buenísimo. Y mis referentes chilenos son Javiera Mena y Alex.

 

¿A quién le robas ideas?

No soy de robar tanto, pero cuando algo me gusta mucho lo estudio al máximo. Soy muy fan de Burt Bacharach que es un compositor de los 60´s que hizo básicamente todo el pop de esa época e intento aprender de todo lo que él hizo. Él trabaja con un letrista que se llama Hal David y los admiro a los dos. Siempre escucho su trabajo y busco que puedo sacar de ahí para sumarlo al mío.

 

Todos tus referentes son de los 60`s y 70`s, ¿te habría gustado vivir en esa época?

No. Me gusta retroceder y rescatar lo que me gusta de épocas anteriores. De la de ahora, me gustan las cosas que se hablan y que antes no se hablaban. Volver atrás sería para que me asesinen. Ahora hay tantas cosas que decir que a mí me importan y poder recurrir a estos lenguajes que ya se inventaron para decirlas.

 

 

¿Tu última obra?

Hoy día terminé el demo de mi primera canción del próximo disco. Tengo varias canciones listas, pero esta es la primera que siento que pasa al segundo disco porque de verdad me gusta.

 

Me hablas de un segundo disco y todavía no lanzas el primero. ¿Te gustaría saltarte toda esta época de promoción y encerrarte a hacer nueva música?

Estoy disfrutando este proceso y me da calma para pensar qué es lo que quiero para el futuro. El disco a mí me gusta harto y con eso van a pasar cosas. Lo importante, es seguir trabajando para el siguiente disco y los que vendrán.

 

Hay músicos que sacan discos muy seguidos y otros se toman más tiempo, como Alex Andwandter, por ejemplo.

Siento que en latinoamerica pasa más eso. La Javiera (Mena) también, saca cada como cuatro años. Siento que el disco es un proceso tan personal que uno se tiene que tomar el tiempo que sea necesario. Si son 4 años, bacán. Si quiero decir algo urgente y necesito sacármelo, puede ser un año. Todo depende.

Otros Relacionados