Joakino es el nombre del proyecto musical de Álvaro Ramos, arquitecto de 27 años de Santiago que a finales del 2019, sin ningún plan y casi sin preparación, decidió iniciar una carrera en el pop.
¿Hay un momento perfecto para lanzar una carrera en el pop? Si es que existe, seguramente no es justo después de terminar una larga carrera universitaria. Sin embargo, las inquietudes artísticas de Álvaro lo persiguieron con mayor intensidad luego de titularse. Al poco tiempo estudió un año estructuras en vestuario, y luego, de manera completamente autodidacta, se acercó a otras de sus pasiones: la música y el baile.
Como si el pop se llevara en la sangre, el talento de Álvaro para hacer canciones bailables y pegajosas parece innato. A pesar de que en Chile no faltan los proyectos de pop, trap o reggaetón, de alguna manera necesitábamos a Joakino. Con un intuitivo conocimiento musical, ha cautivado a un público que se deja hipnotizar por sus coreografías y se identifica con la sinceridad de sus letras.
En tan solo unos meses, ha lanzado un EP de cinco canciones y cuatro videoclips, hechos gracias a la colaboración de amigos, diseñadores locales, coreógrafos, bailarines y, principalmente, amigues.
Sin conocimientos formales de producción musical, Álvaro creó las primeras pistas que serían los inicios del proyecto a finales del 2019, mientras experimentaba con Ableton en su casa.
«Siempre quise componer una letra, nunca lo había hecho, pero siempre sentí que podía hacerlo, hasta que me atreví». Bajo ese impulso, Álvaro tomó el micrófono e improvisó unas letras sobre la pista. Y así sin darle muchas vueltas, decidió compartirla en internet. En paralelo, junto a sus amigues crearon un videoclip. Muac fue lanzada solo una semana antes del inicio del confinamiento por la pandemia. Así, casi como si fuese una casualidad, la carrera pop de Joakino había empezado.
Ya en cuarentena, aprovechando la soledad y el tiempo libre, se obligó a trabajar en más canciones, esta vez sin decirle a nadie. «El mundo se está acabando, ¡voy a ser una estrella pop!», pensó, mientras otros tratábamos de aprender a hacer masa madre. Con una licencia de prueba de Ableton y sin ningún plug-in instalado, decidió aprovechar la cuarentena para hacer un EP, completamente solo.
«Me pareció cómodo tener que hacerlo solo, o quizás me obligué a hacerlo porque a veces me siento inseguro de mostrar las cosas a medias. Lo hice entero sin recibir ninguna opinión. Siento que el feedback de algo que es tan nuevo para mí me puede insegurizar. Me permití hacer algo que no era mi zona de confort pero que me gustaba mucho como sonaba. Lo masterizó Elias Deepman y lo lancé así, sin más manos», cuenta. De esta manera nació Atuendo, su primer EP, que lanzó junto a un single del mismo nombre.
¿Cuál es la inspiración de tus letras?
Siempre estoy jugando con la fantasía y la realidad. Lo que sale de mí es porque lo conozco, pero también me gusta llevarlo a un plano más irreal, de coqueteo, ensoñación, esos nervios de cuando te gusta alguien. La mayoría de las canciones del EP, al ser creado durante la cuarentena y el distanciamiento social, vienen de la fantasía, de la soledad.
¿Crees que tu proyecto abre un nicho particular dentro de la escena pop reggaetonera de Chile o no lo ves de esa manera?
Sí creo que quizás no hay tantos cantantes masculinos que le cantan a otro chique, pero eso se dio como algo muy natural. En general me gustan los hombres, por eso al cantar voy a usar pronombres masculinos. Hay que normalizarlo, por eso nunca he pensado en cómo es percibido ni menos me da miedo, me parece muy importante cantar sobre eso, desde lo sentimental, desde que te guste alguien, ir a una cita o de repente algo un poco más sexual, pero nunca lo pensé tipo «mi proyecto va a ser el proyecto gay que Chile necesita» jajaja.
¿Cómo fue hacer todo un EP en cuarentena?
Creo que de ahí viene el querer plasmar ese deseo de conocer a alguien, de volver a tener contacto físico con otres, con otro chique, con tus amigues, que es otra forma de amor. Por otro lado haber lanzado estas canciones en confinamiento me hizo conectar con mucha gente, y eso es de las cosas que más feliz me tienen del proyecto: el poder conocer gente, ¡me siento un adolescente de nuevo!
La gran mayoría de esas personas deben creer que te llamas Joakino. ¿De donde viene el nombre?
Joakino nace porque es mi segundo nombre. Estaba buscando un nombre para mi proyecto musical, jugando con palabras y el lenguaje del internet, y la letra final me pareció muy chistosa porque acentúa lo masculino, aunque ya Joaquín es un nombre masculino, pero ponerle una «o» lo enfatiza. Me pareció una ironía entretenida porque nunca me he sentido masculino.
Los tres pilares de Joakino son la música, el baile y la moda. Aunque Álvaro aún está un poco atrapado en la arquitectura, su mente siempre está imaginando melodías y prendas para Joakino.
«Joakino es un espacio donde puedo mostrarme más vulnerable. No soy tanto de contar como me siento en el día a día, pero creo que Joakino es una espacio para hacerlo. Muestro mi perspectiva sobre el amor, las relaciones, me puedo dar ciertas licencias que no me doy como Álvaro. Creo que eso hace que la gente se pueda sentir identificada con las letras, la música y el proyecto. A pesar de que yo diga que es una fantasía, soy yo, son mis fantasías, quizás también son las tuyas, y hay vulnerabilidad en decirlas en voz alta, en compartirlas».
¿Todo el mundo debería tener su proyecto pop para ser más honestos y vulnerables?
¡Totalmente! Sí, sí y sí jaja.
¿Te has sentido inseguro en algún momento?
Todo el rato. Por ejemplo, siempre es raro preparar un videoclips. Me afloran ciertas inseguridades respecto a mi cuerpo, la manera en que bailo, cómo interpreto las canciones. Pero al final las veces que hemos hecho videos se han armado grupos tan lindos que me hacen sentir seguro de nuevo, con muchas ganas de lanzarlo, que todo el mundo lo vea.
¿Que pensaría el Álvaro de 15 años?
Yo creo que estaría muy orgulloso de haber podido experimentar todas las áreas que he experimentado sin prejuicios, porque cuando era chico tenía muchos y ahora los borré, lo que me ha permitido probar e intentar cosas nuevas. Estaría orgulloso, sería fan, ¡sería mi propio fan!
¿Cómo te enfrentas personalmente a los desafíos del proyecto?
Me lo tomo con humor pero también con seriedad. Creo que de a poco se va volviendo algo más profesional que va convocando más gente muy talentosa, como Andrés Escobar, el coreógrafo, Johan López que es el director, y muchas otras personas que admiro mucho. También he podido colaborar con diseñadores nacionales como Isabel Estudio, Nikinky, Martín Luttecke, Coco Alegría, Costura Local y muches otres.
Quizá si no te lo tomaras con humor no podrías fluir de la manera en que lo haces con el proyecto, quizás te habrías atrapado
Totalmente. Trato de no ponerme limitaciones porque me veo haciendo esto durante un tiempo largo, lo paso bien, me hace bien, si me lo tomara con demasiada seriedad ya no sería tan entretenido. Si no tengo presupuesto igual voy a hacer un videoclip, aunque sea en mi casa, como el de Me Miras, que lo hicimos junto a mi hermana y diez cartulinas verdes para hacer un croma. Mi mamá estaba con mi hermana en la cocina, mientras yo estaba en el patio solo, dándolo todo jajaja. Incluso hice unos atuendos especiales para el video pero no me gustaron tanto, así que me puse mi ropa de siempre y fin. Si me lo hubiese tomado con mucha seriedad ese video no existiría.
¿Te esperabas el buen recibimiento de las canciones y los videos?
No sé si lo esperaba, pero siempre lo pensé como algo en serio, desde un inicio pensé que esto tenía que tener una propuesta estética, que tenía que estar ligado a dirección de arte, al diseño, al baile.
¿Joakino es el lugar donde confluyen todos tus intereses?
¡Completamente!
¿Y Joakino es un buen lugar?
Es un buen lugar, es muy entretenido, ¡vengan!
Con prendas de: Pelf Knitwear, Dobiworld, Pedritos, Martin Luttecke, Guido Vera, Nostalgic, Converse, Sevalli, Moro Joyas, Queremos Nuevo, Tienda Purga, Alone Files
